Lo que fue una promesa de campaña de Joe Biden, aumentar el salario mínimo de todos los trabajadores del país de los 7.25 dólares actuales a 15, se va a hacer existencia, en parte, tras la firma este martes de un decreto por parte del presidente de Estados Unidos. El mandatario fija con su decreto que todas aquella empresas “bajo contrato con el Gobierno federal paguen un salario mínimo por hora de 15 dólares” a sus trabajadores, según ha informado la Casa Blanca.
La semana arrancaba con la firma el pasado lunes de otra orden ejecutiva con la que la Administración Biden-Harris (así es como la Casa Blanca quiere que sea conocida esta Administración) ordenaba poner en marcha la creación de una comisión de trabajo que promueva la sindicación profesional, con un equipo que será liderado por la vicepresidenta, Kamala Harris. La idea es utilizar capital del Gobierno federal para ayudar a frenar un mengua en las altas sindicales en la nación. Desde que llegó al poder, Biden ha revertido las reglas del mandato de Donald Trump que debilitaban la protección de los trabajadores.
Sumada a las dos iniciativas anteriores, la Casa Blanca está índice para ejecutar con mano dura que la Hacienda americana (IRS, siglas en inglés) recobre o recupere, a lo extenso de los próximos diez años, hasta 700.000 millones de impuestos no pagados, para lo que dotará al IRS de más autoridad y de 80.000 millones de dólares, con el objetivo final de que el caudal rescatado, financie su ambiciosa dietario económica.
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Con este reforzamiento de la Hacienda, el mandatario pretende aplicar mano dura sobre corporaciones y sobre individuos que evaden el suscripción de impuestos federales. Con el dinero recaudado -que había sido eludido-, la Administración Biden-Harris se propone financiar el denominado Plan de Familia Americana, un programa que anunciará antes de su primer discurso de la Unión, que tendrá oportunidad este miércoles en el Congreso de EE UU. El Plan de Familia Americana está diseñado para dotar de cientos de miles de millones al cuidado de la infancia -con incidencia en la lacra de la pobreza infantil- y que los obreros que enfermen tengan cobertura económica cuando no puedan trabajar, entre otros proyectos.
La medida para incrementar el salario mínimo a los trabajadores que sean contratados por empresas o subcontratas federales empezará a aplicarse a finales de marzo de 2022 para todos los contratos nuevos. Después se hará con las renovaciones de contratos, que generalmente se hacen cada año. Los salarios se aumentarán posteriormente en función de la inflación anual.
En Estados Unidos, el salario mínimo presente es de 10.95 dólares la hora para estos trabajadores, que no son funcionarios pero trabajan para el Gobierno federal de la nación a través de empresas bajo acuerdo con el Estado. Según la Casa Blanca, la medida afectará a “cientos de miles de trabajadores”, desde trabajadores de mantenimiento o conservación de edificios federales, camareros en cafeterías gubernamentales o asistentes de veteranos de guerra. La Administración no ha indicado el número exacto de beneficiados. La medida asegura que “cientos de miles de trabajadores no tengan que trabajar largas jornadas pero vivir en la pobreza”, dijo la Administración de Biden.
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