El apoyo a la monarquía ha bajado en el último año en Países Bajos, y la visibilidad y comportamiento durante la pandemia de los reyes, Guillermo y Máxima, ha jugado un papel importante. Según el sondeo anual publicado el 27 de abril —Día del Rey por ser el cumpleaños del soberano, que celebra 54—, las truncadas vacaciones en Grecia de la familia real el pasado octubre, y la posterior transacción de un yate por dos millones de euros, les ha pasado factura. También, su labor durante la pandemia. El aprecio mostrado al rey por la ciudadanía bajó en 2020 por ambos motivos hasta un 47%. Ahora se ha recuperado algo, hasta un 57%, pero muy por debajo de la cifra de cerca del 80% obtenida otras veces en sondeos similares. Llama la atención, en especial, la imagen de la reina consorte, Máxima, hasta la fecha la figura más valorada: ha pasado de un 83% a un 68% en la estima de sus compatriotas. Por su parte, más de tres cuartas partes de los encuestados cree que la heredera, la princesa Amalia, no debería recibir con la mayoría de edad una remuneración anual de 1,6 millones de euros, entre gastos personales y de representación.
El sondeo ha sido efectuado por la cadena pública de televisión (NOS) y la firma Ipsos, y al mismo han respondido 1.000 holandeses mayores de 18 años. El rey Guillermo ha asegurado repetidas veces desde su entronización, en 2013, que desea ser un monarca “compasivo y comprometido”, y dichas cualidades solo se las atribuye en estos momentos la mitad de la población. La crítica de los holandeses ante el comportamiento de los reyes durante la pandemia de coronavirus se refleja a su vez en la percepción de su visibilidad durante la misma.
En 2020, casi la mitad de los encuestados consideró adecuada la presencia pública de la pareja real durante la crisis; ahora es un 26%. Por otra parte, un 23% se siente apoyado por los reyes, mientras que cuatro de cada diez cree que Guillermo y Máxima no saben bien lo que sucede en la sociedad durante la pandemia. Esto último tal vez sea lo más doloroso para el rey, porque desde que llegó al trono ha querido mostrarse cercano al ciudadano medio. Cuando cumplió 50 años, reconoció en una entrevista concedida a la televisión que le costó mucho aceptar su destino como rey de los Países Bajos. Lo explicó así: “Una vez sabes quién eres y te conoces bien, puedes abrazar tu misión. Es justo lo que le decimos a nuestra hija, Amalia. Que no tema equivocarse porque los errores forman”.
Desde entonces, e incluso antes, los mayores zarpazos a su imagen han sido por cuenta propia. Desde la compra de costosas villas de veraneo a las fallidas vacaciones del pasado octubre cuando la pandemia no daba tregua. En esta última ocasión, Guillermo y Máxima pidieron disculpas en persona y luego anularon su tradicional estancia navideña en Argentina, país de nacimiento de la reina. Este mes de abril, se han repetido las críticas por el cierre anual —entre septiembre y diciembre— de un parque natural del Estado pero del que Guillermo posee el usufructo. Es una zona de caza, y el Ejecutivo sostiene que durante esos meses de disfrute hay que proteger la privacidad del soberano. La encuesta refleja que un 68% de los ciudadanos considera importante que la casa real explique las razones de sus gastos personales.
Si bien el apoyo a la monarquía sigue siendo mayoritario, ha pasado de un 75% en 2020, a un 58%, según la encuesta contemporáneo. Por otro lado, casi un 25% de los sondeados prefiere la república a la monarquía, contra un 15% de las mismas respuestas a esta pregunta computadas hace un año. De todos modos, un 41% de los encuestados dice que el rey debería jugar un papel en la formación de los nuevos Gobiernos, una función que ya no ejerce la corona desde 2013.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.
