Como ocurre en el fútbol, hay varias maneras de divertirse muy bien al ajedrez. Pero no todas son igual de atractivas para el gran público. Paladear las joyas de algunos ajedrecistas de élite requiere poseer unos conocimientos técnicos muy elevados. Por el contrario, el estilo de otros los convierte en favoritos de aficionados, organizadores y periodistas especializados. La húngara Judit Polgar no solo fue -y sigue siendo- la única mujer de la historia en la élite hasta que se retiró, en 2014, sino asimismo una de esos fieros atacantes para quienes crear belleza es casi tan importante como ganar.
La partida que glosa este vídeo, contra su compatriota Ferenc Berkes (Budapest, 2003) es una verdadera obra maestra de ese estilo. El aficionado difícilmente la olvidará, no solo por su gran hermosura, sino por lo mucho que habrá aprendido tras disfrutarla.
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