Cuando tenía 15 años, Jürgen Schmidhuber soñaba con crear un robot más listo que él y jubilarse. Tiene 58, así que podría considerarse que el plan le ha salido regular. “Bueno, aún me quedan unos años, dame margen”, pide en conversación telefónica. Habrá que darle un voto de confianza. Si algo ha demostrado a lo largo de los años este científico alemán es constancia. Lo normal es abandonar los sueños de la adolescencia cuando uno se hace mayor. Y Schmidhuber dista mucho de ser un tipo normal. Publicó su primer trabajo sobre inteligencia artificial en 1987, con una tesis que proponía lo que por entonces era una locura: un algoritmo capaz de mejorarse a sí mismo. Más de 30 años después, su teoría se ha convertido en práctica y está en tu bolsillo. El sistema Long Short Time Memory (LSTM), creado por Schmidhuber y su alumno, Sepp Hochreiter, es usado por 3.000 millones de teléfonos. Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft lo incluyen en sus productos.
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