Estamos justo en ese momento en que el planeta nos demanda ser más conscientes. Pandemias, incendios forestales y demás catástrofes naturales están a la orden del día, solamente para recordarnos lo poco responsables que somos con nuestro medio.
Bajo este grito desesperado de la Tierra, solamente unos cuantos se están atreviendo a escuchar lo que actualmente acontece en ella. Y aún peor, todavía son muchos menos quienes están tomando acciones para revertir esto y hacer la diferencia.
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Aquí es donde tiene mucho sentido el llevar una vida ecologista. Una vida como la de Bea Johnson, oradora motivacional de CNN, quien ha llevado un estilo de vida “Zero Waste” junto a su familia de 4 integrantes desde 2008, produciendo entre todos ellos, nada más y nada menos que un tarro de basura al año o bien; la de Laura Singer, CEO de Package Free Shop y con el perfil de insta Trash is for Tossers, quien bajo esta inspiración y con mucha educación de por medio en el 2012, se volvió viral al colocar en un mason jar de 16 oz todos sus desechos de un año, lo que la llevó a convertirse en ‘la chica del tarro de basura’.
Inicialmente, Charlotte nos cuenta que su recorrido en este estilo de vida Residuo Cero inició 2 años atrás, en tiempos de pandemia. Abandona la vida godín para crear contenido sobre temas ambientales y su inquietud nace del logro de Laura Singer.
Decide probar por ella misma si es posible reducir al mínimo la basura que producimos y se percata de que sí, con las acciones indicadas, esto es factible. A partir de allí nace “No seas waste”, plataforma donde se registra el proceso, y posteriormente crea la Agencia NSW, enfocada en la creación de contenido para proyectos sustentables.
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Por otro lado, Pía Vergara, recién llegada de una reforestación en la barranca de Tarango como parte de la campaña Renacer del Suelo, iniciativa de Ectágono y Ríos Tarango, nos cuenta que su vida zero waste comenzó a muy temprana edad sintiendo una conexión muy especial por la naturaleza y los seres que habitan en ella. Seis años atrás, ella comienza a cuestionarse todos sus hábitos de consumo; experimentó lo que ella define como una ‘eco-ansiedad’ y decide convertirse en una ambientalista líder en crisis climática certificado por Al Gore, ex-vicepresidente de los Estados Unidos. A partir de allí, ella se sumerge en este modus vivendi y le da vida a su proyecto a través de su cuenta de Instagram: @Piavgc.
Recurrimos a ellas porque ambas son expertas en tópicos ambientales, forman parte de una comunidad de “influencers” mexicanos dedicados a la ecología, llevan una vida Residuo Cero y también, porque tristemente hay poca representatividad en este rubro por parte de los hombres.
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Sí es asequible a todos. Si no deseas volverte 100% zero waste, sí puedes poner una parte con las acciones que tú desees. Imagina la magnitud del impacto de hacerlo en masa y no bajo un rollo individualista. Pequeñas acciones, grandes cambios, una frase tan trillada pero en la que tanto Charlotte como Pía coinciden. No es cuestión del nivel socioeconómico porque de hecho con ambas platicamos que precisamente quienes tienen más poder adquisitivo, son los que más consumen y curiosamente, la gente con menos recursos sin saberlo tal vez, tienen acciones más ecológicas.
Pía comenta que muchas personas creen que el tener un estilo de vida en pro del medio ambiente es más caro y que no hay acceso a la población en general, pero no, porque está el ejemplo del mercado: puedes ir allí a comprar 2 manzanas que ir al supermercado a adquirirlas, pero empaquetadas con plástico y unicel. Asegura que hay estudios que muestran que 1% de la población más rica contamina mucho más que 50% de la población más pobre. En conclusión, Charlotte asevera que todos podríamos ser zero waste, tal vez unos más que otros y los que le tienen que echar más ganas son los que tienen más dinero, ya que pueden invertir más en productos eco-friendly o adquirir sistemas ecológicos más avanzados: celdas solares, equipos para captación de agua de lluvias, ropa ecológica…