Como una respuesta a los desafíos ambientales y climáticos del mundo contemporáneo, desde 2012 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define a la economía verde como aquella que da punto al mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, al tiempo que se reducen los riesgos ambientales y la escasez ecológica, a través de tres vertientes principales de beneficios en torno a la sostenibilidad: la social, la económica y la ambiental.
Bajo un dinamismo en donde toda beneficio funcione a favor del planeta, la economía verde forma parte de las estrategias de negocio del presente y el futuro, de la mano de distintos negocios, empresas y actores del sector productivo con resultados reales, medibles y con miras a un alivio medioambiental importante, en donde el llamado financiamiento verde se ha posicionado como un mecanismo clave que lo hace viable y benéfico en términos financieros.
¿Cómo funciona?, ¿de qué forma se puede incorporar al ADN empresarial?, ¿cuáles son sus mecanismos o posibles vetas de diversificación?, ¿qué beneficios brindan? Son algunas de las incógnitas que han ido delineando una existencia que sectores vitales como la banca ya han puesto en marcha.
Uno de los ejemplos más sólidos en torno al financiamiento verde se puede encontrar en BBVA en México, quien lleva ya una década de bonos verdes, instrumentos cuyos fondos se destinan exclusivamente a financiar o refinanciar proyectos verdes elegibles, ya sean nuevos o existentes, en línea con los Green Bond Principles (GBP).
Además de los bonos verdes, BBVA articula productos y servicios como el financiamiento con cobertura ECA (Export Credit Agency) para riqueza sostenibles con eficiencia ecológica en ámbitos como el médico o de plantas y equipamiento eléctrico; garantías demandables y stand by para concursos o licitaciones en proyecto de tratamientos de agua, eficiencia energética, conservación de la biodiversidad, así como cartas de crédito de importación sostenible y, más recientemente a través de beneficios sostenibles para crédito o seguro automotriz, ratificando su compromiso con el planeta mediante incentivos claros para que las personas usen cada vez más alternativas de movilidad como un auto híbrido o eléctrico.
A través de un cambio vital de perspectiva en donde el ahorro personal representa también un alivio para el planeta, o en donde las ganancias son parte de una retribución al medio esfera, el financiamiento verde es hoy un comienzo de oportunidades para el comercio, el crecimiento y el desarrollo sostenible.
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