Se ha dicho en reiteradas ocasiones y de todas las formas posibles: el planeta se encuentra en un estado crítico, el cual está comprometiendo nuestra permanencia, por lo que se requiere de autos y empresas que contaminen menos, de gobiernos que accionen de forma más eficaz en materia ambiental, pero sobre todo de individuos más conscientes que articulen de forma más responsable su papel como consumidores.
La participación y el involucramiento se encuentran en la encrucijada ambiental, en donde las iniciativas verdes han alcanzado dinamismo productivo de las empresas, gracias a mecanismos, alianzas e iniciativas que hoy pueden ligar a la sostenibilidad con las ganancias, algo que parecía impensable hace tres décadas.
Hoy, conceptos como el financiamiento verde o la economía circular estimulan y promueven una utilización de los recursos productivos mucho más eficaz, escenario en donde la banca ha logrado aportar su grano de arena a través de beneficios sostenibles para negocios con enfoque ambiental, así como productos financieros con beneficios y facilidades en torno a la movilidad híbrida y eléctrica.
Esto ha incentivado que las empresas se hayan reformulado su papel en la cadena productiva y se hagan preguntas valiosas en torno a sus líneas de producción, movilidad y valores corporativos, a través de planteamientos integrales sobre el ahorro, la logística, el manejo eficiente de sus recursos humanos, naturales y materiales, así como el uso de la tecnología o dinámicas productivas mucho más libres y flexibles, atrayendo no sólo más clientes sino nuevas vetas de negocio, financiamiento e incluso beneficios fiscales.
Hoy, adicionalmente de que comienzan a gestarse empresas verdes desde cero, no sólo se está estimulando un ecosistema laboral mucho más ético y puntual, sino que adicionalmente se promueve una mentalidad ambiental que permea en el interior y fuera la posibilidad de una producción ecológica y sostenible en todos sus ámbitos, incluyendo el marketing verde.
Una de las máximas de la economía moderna dicta que toda compañía o negocio que no integre desde ya soluciones sostenibles, amigables con el medio esfera y benéficas para las personas en su logística de negocio u operación, tiene los días contados. La sostenibilidad es una aspiración esencial que no sólo encuentra sentido y congruencia frente a la emergencia ambiental, sino incluso frente a el bienestar de los usuarios, las empresas mismas y empleados, promoviendo adicionalmente un esfera más ajustado y equitativo, propicio para la competencia y el crecimiento.
Se espera que en el interior de poco, la sostenibilidad abarque todos los aspectos de la vida productiva pública y privada, que los bonos verdes comiencen a dar mejores resultados y que las empresas se aventuren a ver la correlación entre ganancias y acciones en beneficio de un ambiente empresarial mucho más inteligente e importante, fomentando en conjunto con una población enterada, sensibilizada y motivada por los beneficios de este dinamismo, una economía verde, sólida y necesaria, completamente a su beneficio.
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