Pese a que en sus primeros días se requirió de todo un trabajo a nivel individual, colaborativo y empresarial, los beneficios del teletrabajo han apuntado hacia una realidad evidentes que ya ha cruzado una suerte de primera línea de adaptación, toda vez que la comodidad al trabajar desde casa, la simplicidad tecnológica al frente y la demanda por colaborar de manera mucho más eficiente y puntual engloba ya una constante de nuestro día a día, misma que ha detonado ciertas reflexiones y debates a distintos niveles, siendo el de la sostenibilidad uno de los más importantes.
Y si bien los primeros días del trabajo desde casa de hace un año apuntaron a un menor uso de los vehículos motorizados, así como de un descanso de las emisiones contaminantes en fábricas, edificios y centros de trabajo, hoy el home office está planteando un nuevo umbral de posibilidades benéficas para el planeta: ¿podemos ayudar a construir un mejor futuro desde casa?
En esta historia, la administración, la consciencia y el equilibro forman conceptos esenciales para entender el teletrabajo como una oportunidad sostenible, ya que si bien se ha traducido en ahorros y beneficios en torno al costo y tiempos de traslado (menos emisiones contaminantes, menos decibeles auditivos), así como una mayor cantidad de tiempo para estar en familia (menos gasto en comida y futuro), la adaptación gradual que ha demandado el teletrabajo también ha representado un gasto en mobiliario, un replanteamiento de la conexión a internet, así como adquisición de más y mejores equipos tecnológicos que faciliten la conexión remota y un sistema de comunicación fluido y constante con nuestros clientes, compañeros y equipos.
Además, el trabajo a distancia ha sido tiempo compartido con la familia, espacios y dinámicas que de una manera u otra también han incidido sobre la salud mental. Todo esto representa un desafío en cuanto a la administración correcta de nuestros recursos.
El trabajo desde casa ha representado un ahorro importante para algunos grandes corporativos, además de un abanico de oportunidades en torno a la sostenibilidad, toda vez que éste se articula mediante la libertad y flexibilidad, permitiendo que los empleados solventen y gestionen su trabajo a su ritmo, cumpliendo en tiempo y forma.
De hacerse de forma justa, prudente y ordenada, el teletrabajo o home office puede representar un área vital en torno al crecimiento sostenible, en beneficio de los trabajadores, sus empresas e incluso el futuro del planeta. En México, con la aprobación de la reforma a la Ley Federal del Trabajo del pasado 20 de junio de 2020 en la Cámara de Senadores, se reconoció al teletrabajo como una forma de trabajo que tiene beneficios claros para las empresas o dependencias, los trabajadores y el medio ambiente, una propuesta que se turnó a la Cámara de Diputados para su revisión y discusión ante el pleno de la cámara baja. Precedente con el que las empresas podrán emplear esta modalidad con su equipo humano, incluyendo algunos estímulos fiscales como beneficio para promover su aplicación.
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