Trump admira a Xi, pero complicado negociar.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su aprecio hacia su homólogo chino, Xi Jinping, pero subrayó las dificultades que encuentran en las negociaciones entre ambos países. En un mensaje publicado en su red Truth Social, Trump aseguró que, a pesar de que siempre le ha gustado Xi, este líder es “muy duro” y “extremadamente difícil” para alcanzar un acuerdo.

Este comentario se produce en un contexto de tensiones comerciales, ya que horas antes, Estados Unidos decidió incrementar los aranceles sobre el acero y el aluminio al 50%. Esta medida, considerada por algunos como un paso que intensifica la guerra comercial, introduce mayor incertidumbre en las negociaciones no solo con China, sino también con la Unión Europea (UE).

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Los nuevos aranceles tendrán un impacto significativo en países que son importantes proveedores de estos metales, incluyendo a Canadá, México, Brasil, Corea del Sur y Vietnam. Además, China, que es el segundo mayor exportador de aluminio a Estados Unidos, no puede quedar al margen de estas implicaciones.

Trump justificó la orden ejecutiva al argumentar que dicho incremento es necesario para garantizar que las importaciones de acero y aluminio “no amenacen con perjudicar la seguridad nacional”. En una tentativa de resolver las tensiones, se anunció que Trump y Xi mantendrán una llamada telefónica esta semana, un gesto que busca desbloquear el estancamiento en las negociaciones, aunque aún no ha habido comentarios sobre este asunto desde Pekín.

Ante esta situación, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha calificado el aumento de aranceles como “injusto”. Ebrard planea presentar argumentos a favor de que México sea excluido de estas medidas, como ocurrió previamente con el Reino Unido, destacando que Estados Unidos tiene un superávit comercial con México en este sector. Según sus declaraciones, el impacto económico de esta medida es considerable y es probable que se requiera una reevaluación de la misma.

La dinámica entre Estados Unidos y China, especialmente en relación con el comercio, continúa siendo un punto crítico en la política internacional, generando no solo tensiones bilaterales, sino también afectando a múltiples economías en el escenario global.

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