Las relaciones entre Bruselas y Pekín atraviesan momentos difíciles. Después de que los Veintisiete impusieran en marzo las primeras sanciones contra China desde la crisis de Tiananmén (1989), por violaciones de derechos humanos contra la minoría uigur, la UE quiere rearmarse para limitar el poder de las empresas dopadas con capital público. La tensión entre ambos bloques pone en jaque el acuerdo sobre inversiones alcanzado el pasado diciembre, pendiente de ser ratificado. El vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis defiende ese pacto y cree que los objetivos siguen “vigentes”, pero admite que “el proceso de ratificación no puede separarse de la dinámica de las relaciones entre la UE y China”.
”Las sanciones de represalia contra los miembros del Parlamento Europeo [tras las adoptadas por la UE] no facilitarán el proceso”, sostiene el político letón en una entrevista el lunes con Columna Digital y el Süddeutsche Zeitung. Dombrovskis, encargado de la poderosa cartera de Comercio, viene de desgranar la agenda que afronta la UE en una jornada que Bruselas organiza cada año y en la que ha compartido panel junto a la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala.
Acelerar la producción de vacunas
Dombrovskis sigue defendiendo el pacto —que se firmó con el aval de las capitales— porque cree que sus objetivos siguen vivos. “Las relaciones económicas entre la UE y China están desequilibradas, en el sentido de que el mercado de la UE está sustancialmente más abierto a las empresas e inversiones chinas de lo que lo está el mercado chino para la UE”, afirma.
El vicepresidente de la Comisión cree que el acuerdo proporciona herramientas para corregir esa situación. “Hay nuevos compromisos sustanciales de China sobre el acceso a los mercados o la igualdad de condiciones, también sobre desarrollo sostenible. Hay muy pocos compromisos adicionales por parte de la UE, básicamente mantendremos nuestro nivel de apertura”, añade.
La Comisión está a punto de lanzar otro desafío a China. Bruselas formulará una propuesta la semana que viene para proteger a la UE ante la voracidad de las empresas fuertemente subsidiadas. Sin mencionarlo directamente, la medida mira hacia Pekín, con un ingente grupo de compañías que exhiben músculo financiero gracias a las ayudas estatales .
Según fuentes comunitarias, el Ejecutivo de Ursula von der Leyen propondrá un sistema de notificaciones y evaluaciones para las compras a partir de un cierto valor que realicen las empresas con capital público. Durante el periodo de consulta<, algunas patronales trasladaron sus temores de que un umbral demasiado bajo pudiera desincentivar la inversión extranjera directa, también de otros países.
Bruselas, además, aboga por un mecanismo para poner coto a la participación en concursos públicos europeos de empresas que provengan de países que pongan trabas a las firmas de la UE. “Es importante avanzar hacia la aprobación de este instrumento porque ayudará a reequilibrar nuestras relaciones con terceros países en el ámbito de la contratación pública”, sostiene el vicepresidente, quien indica que Portugal —que tiene la presidencia de turno de la UE— está “trabajando intensamente” para alcanzar una posición común.
En la agenda a cortísimo plazo, sin embargo, Dombrovskis tiene el reto de “acelerar la producción mundial de vacunas”, lo cual requiere una cooperación entre las que poseen el know how y las que tienen la capacidad de fabricación. Hasta ahora, la UE ha exportado 136 millones de vacunas, la mitad de su producción. La Comisión quiere que otros, como EEUU, sigan su ejemplo. “Es algo que también discutimos al nivel de la OMC y en otros foros”.
Objetivo: salvar el acuerdo con Mercosur
La oposición de varios países, entre ellos Austria y Francia, a la ratificación de Mercosur pone en jaque la aprobación del mayor acuerdo comercial jamás firmado por la Unión Europea. A pesar de las salvaguardias medioambientales, varias entidades ambientalistas argumentan que el acuerdo llevaría al bloque de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil a incumplir al Acuerdo de París y a agravar el proceso de deforestación.
El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis, se ha propuesto salvar un acuerdo que defienden con uñas y dientes España, Suecia o Portugal. “Seguimos trabajando en lograr compromisos adicionales en materia de medio ambiente y de deforestación, de adherencia al Acuerdo de París y pasos tangibles para abordar la deforestación de la Amazonia. Vamos a alcanzar algún documento que ayudará a resolver compromisos adicionales en esta área. Es una preocupación que nos tomamos en serio”, afirma el vicepresidente europeo.
Sin embargo, no todos los países rechazan el acuerdo por la cuestión medioambiental. Irlanda ha expresado las dificultades que tiene con su sector agrícola y ganadero. Dombrovskis sostiene que la negociación fue muy “sensible” a esos sectores y recuerda que hay “cláusulas de salvaguardia” en caso de que haya un “aumento repentino de las importaciones” y mecanismos de apoyo a los agricultores de la UE. En cualquier caso, hay tiempo hasta final de año a que el acuerdo final se presente a la Eurocámara y a los países.
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