Washington, D.C., 29 de julio de 2025 — Un reciente estudio científico ha puesto en evidencia un error de concepto que durante más de 50 años afectó el diseño y las pruebas de vehículos espaciales tipo rover, comprometiendo la precisión de sus evaluaciones de movilidad sobre superficies como la lunar o marciana.
El hallazgo, liderado por el ingeniero Dan Negrut de la Universidad de Wisconsin-Madison, señala que los métodos tradicionales para simular la gravedad reducida en pruebas terrestres eran engañosos, al no considerar cómo la baja gravedad afecta también al comportamiento del suelo. Esto significa que las pruebas realizadas con modelos más ligeros sobre arena terrestre no representaban fielmente las condiciones reales del terreno en otros cuerpos celestes.
El error: simular gravedad sin adaptar el terreno
Durante décadas, la NASA y otras agencias espaciales han utilizado prototipos más livianos para simular la gravedad lunar o marciana. Sin embargo, según el nuevo estudio, esta práctica omitía un factor fundamental: la respuesta del terreno también cambia bajo diferente gravedad.
“El terreno bajo gravedad terrestre es más compacto y resistente. Al reducir solo la masa del rover, se obtiene una falsa percepción de tracción, porque el suelo responde de forma más firme que en condiciones lunares o marcianas”, señala el estudio.
Esta falla metodológica podría explicar percances como el del rover Spirit, que quedó atrapado en suelo marciano, y plantea dudas sobre la fiabilidad de las pruebas previas realizadas con simulantes lunares como el GRC-1 o GRC-3.
Nuevas simulaciones, nuevas conclusiones
Para demostrar su hipótesis, el equipo utilizó Project Chrono, un motor de simulación física de código abierto, y adoptó una metodología más precisa basada en modelos continuos (CRM) que consideran parámetros físicos reales, como densidad y fricción del terreno.
Los resultados mostraron que los rovers, al ser sometidos a escenarios lunares simulados, rendían peor que en condiciones terrestres, incluso cuando se ajustaba su masa. Las ruedas se hundían más, la tracción disminuía y el deslizamiento aumentaba considerablemente.
Cambios de fondo en la exploración espacial
Los investigadores proponen sustituir los métodos empíricos antiguos por modelos basados en física granular real. Esto permitiría usar el rover completo para las pruebas y luego escalar los resultados mediante simulaciones que reflejen con fidelidad el entorno extraterrestre.
“El paradigma debe cambiar. Es mejor probar con el vehículo real en la Tierra y ajustar los datos con modelos físicos, en lugar de alterar el diseño para simular condiciones inexactas”, indicó Negrut.
Aplicaciones más allá del espacio
Aunque el hallazgo surge en un contexto espacial, sus implicaciones alcanzan también a sectores industriales y militares. Project Chrono ya se utiliza para analizar el desempeño de vehículos en terrenos deformables, desde maquinaria pesada hasta tanques de guerra. Además, al ser de código abierto, está disponible para universidades y centros de investigación en todo el mundo.
Un cambio que llega tarde, pero a tiempo
El estudio destaca que el error no fue producto de la ignorancia, sino de la confianza excesiva en modelos empíricos que nunca se revisaron a fondo. Con estas nuevas herramientas, no solo se podrá diseñar mejor la exploración planetaria, sino también perfeccionar sistemas terrestres que interactúan con suelos blandos o inestables.
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