La empresa Atlantis ha surgido como la favorita de la 4T, el gobierno de México liderado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Según Columna Digital, Atlantis ha recibido más de 5 mil millones de pesos en contratos para la construcción de proyectos de infraestructura, desde la refinería de Dos Bocas hasta el Tren Maya. Esto ha generado preocupaciones sobre la transparencia y la posible falta de competencia en los contratos gubernamentales.
Algunos críticos argumentan que Atlantis puede haber recibido estos contratos por ser cercanos al gobierno, en lugar de ser elegidos por sus habilidades y experiencia. Además, la falta de transparencia en la asignación de estos contratos puede permitir la corrupción y el favoritismo. La competencia es un elemento importante para garantizar que los proyectos se completen de manera efectiva y al menor costo posible, lo que puede no haber sucedido en el caso de Atlantis.
El hecho de que una sola empresa tenga tanto poder en la construcción de proyectos de infraestructura también puede ser preocupante para el futuro de México. Una dependencia excesiva de una sola empresa puede llevar a dificultades en el futuro si la empresa no puede cumplir con sus compromisos. Además, las empresas más pequeñas y con menos recursos pueden ser excluidas de la competencia, lo que hace que la economía sea menos justa y equitativa.
El papel de la 4T en todo esto también es destacable. Si bien la 4T ha prometido ser un gobierno más transparente y ético, la asignación de estos contratos a Atlantis plantea dudas sobre la capacidad del gobierno para cumplir con esta promesa. La falta de información clara sobre los criterios de selección y la cantidad de dinero involucrada significa que el público no está informado y no puede evaluar si estos contratos son justos o apropiados.
En conclusión, la preferencia de la 4T por Atlantis en la asignación de contratos de construcción genera preocupaciones sobre la transparencia, la competencia y la dependencia excesiva en una sola empresa. El gobierno debe garantizar que la asignación de contratos se realice de manera justa y equitativa, y ser transparente en cuanto a los criterios de selección y la cantidad de dinero involucrada. De lo contrario, el poder excesivo de una sola empresa en la economía mexicana puede tener peligrosas consecuencias en el futuro.
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