En un escenario de creciente tensión, las fuerzas militares de Pakistán e India se han visto envueltas en intercambios de disparos en la región de Cachemira durante tres noches consecutivas. Este aumento de la violencia se produce en medio de un importante deterioro en las relaciones entre ambas potencias nucleares, impulsado por un ataque reciente que resultó en la muerte de 26 turistas en Cachemira, la parte administrada por India.
Las autoridades de Nueva Delhi han señalado a Pakistán como responsable, acusando a Islamabad de facilitar el “terrorismo transfronterizo”. Por su parte, el gobierno paquistaní rechaza estas acusaciones, calificándolas de “frívolas” y distantes de la realidad. Ante este contexto, las fuerzas de seguridad de India han iniciado una operación masiva para dar con los perpetradores de la tragedia en Pahalgam, señalando que han identificado a dos nacionales pakistaníes entre los atacantes que han escapado.
El Ejército indio reportó disparos “no provocados” desde el lado paquistaní a lo largo de la Línea de Control (LDC) que divide a ambos países, afirmando que sus tropas respondieron de manera efectiva a esta amenaza con el uso de armas pequeñas. A pesar de las afirmaciones de Nueva Delhi, Pakistán no confirmó la existencia de dicho intercambio de fuego.
La posibilidad de un conflicto militar a gran escala entre estas naciones ha llevado a varias naciones a ofrecer su mediación. El ministro de Exteriores de Egipto, Badr Abdelaty, se comunicó con sus homólogos en India y Pakistán, instando a ambos a la calma y a evitar la escalada del conflicto. En ese diálogo, Abdelaty expresó la solidaridad de Egipto con India, reconociendo el ataque como una “tragedia dolorosa”.
Además, Pakistán ha manifestado su agradecimiento a Irán por su oferta de mediar en la crisis. El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, acogió con beneplácito la disposición iraní para desempeñar un papel como intermediario, enfatizando la profunda conexión cultural y histórica que une a ambos países.
En un contexto internacional delicado, la dinámica de poderes en la región requiere una gestión cuidadosa y diplomática para evitar un desenlace desastroso. La situación sigue siendo tensa, y la comunidad internacional observa de cerca la evolución de estos acontecimientos.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.