La reciente intervención de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sobre la refinería Olmeca de Pemex ha captado la atención del público y los medios. Sheinbaum anunció que la refinería, ubicada en Dos Bocas, Tabasco, está a punto de reanudar su producción, una noticia que se produce en medio de especulaciones sobre un presunto “sabotaje” que habría afectado a la unidad catalítica de la instalación. Sin embargo, la presidenta se mostró escéptica ante estas afirmaciones y negó cualquier problema grave relacionado con la producción.
La refinería Olmeca, con una capacidad de 340,000 barriles por día (bpd), aún no ha alcanzado los niveles prometidos por el anterior gobierno. Aunque fue inaugurada en 2022 por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, la falta de finalización ha generado dudas sobre su rendimiento. La presidenta Sheinbaum, ante la pregunta de los periodistas, argumentó que el asunto es menor y que la refinería estaba produciendo 100,000 barriles diarios antes de la interrupción, con perspectivas de reanudación imminente.
En un contexto donde Pemex no ha ofrecido detalles sobre el estado actual de la producción ni sobre la situación en la instalación, las cifras recientes revelan que Olmeca apenas procesó 6,797 bpd en febrero, y no logró producción en enero, debido a problemas con el contenido de agua y sal en el crudo. La falta de un informe claro sobre lo sucedido genera incertidumbre y se complica por el hecho de que la infraestructura para distribuir el combustible aún no está operativa, lo que ha llevado a la exportación de cargamentos de diésel ultra bajo azufre reprocesados en la refinería.
En medio de este panorama, Sheinbaum ha indicado su intención de solicitar un informe al director de Pemex sobre los incidentes recientes en Olmeca, mientras que los últimos movimientos de la refinería continúan siendo monitoreados de cerca. La situación no solo tiene implicaciones para la industria del petróleo en México, sino también para el futuro energético del país y su capacidad de cumplir con las promesas de producción que han sido esgrimidas en los últimos años.
Es vital continuar siguiendo de cerca el desarrollo de esta situación, especialmente dado que los eventos recientes están marcando un período crucial para la política energética y económica de México, donde la refinería Olmeca juega un papel central.
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