Kamla Persad-Bissessar ha tomado el juramento como primera ministra de Trinidad y Tobago, un archipiélago anglófono localizado frente a las costas de Venezuela y que enfrenta serios desafíos, como la recesión económica y la creciente violencia. En los recientes comicios, la UNC (Congreso Nacional Unido) logró una victoria notable al obtener 26 de los 41 escaños en la cámara baja, desbancando al partido gobernante, el Movimiento Nacional del Pueblo (PNM), que obtuvo 13; el Partido Popular de Tobago se quedó con los dos restantes.
Durante su juramento, Persad-Bissessar pronunció: “Es hora de que pongamos a Trinidad y Tobago en el buen camino, de que dejemos de gobernar simplemente para ganar las próximas elecciones y gobernemos para crear riqueza y oportunidades para siete generaciones en el futuro”. Esta abogada de 73 años ha estado en la política desde 1987, ocupando puestos de gran relevancia, como el de Fiscal General en 1996 y convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra entre 2010 y 2015. También fue la primera mujer en presidir la Commonwealth entre 2010 y 2011.
En el contexto de una crisis económica profunda, uno de sus principales compromisos es incrementar los salarios de los empleados públicos. Trinidad y Tobago ha estado lidiando con una seria ola de violencia y, tras un estado de emergencia que culminó en abril, los datos oficiales indican que en 2024 se registraron más de 600 homicidios, vinculados en su mayoría a bandas criminales. Esto sitúa al país con una tasa de homicidio de 37 por cada 100,000 habitantes, colocándolo como la sexta nación más peligrosa del mundo, según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Mientras tanto, Trinidad y Tobago, que se posiciona como el segundo productor de gas del Caribe, había depositado esperanzas en la explotación del yacimiento “Dragón”, que da albergue a vastos recursos entre Venezuela y el archipiélago. Sin embargo, las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela han complicado las cosas, resultando en la revocación del permiso que permitía a Trinidad y Tobago desarrollar este importante yacimiento.
Persad-Bissessar inicia su mandato en un momento crítico, donde su liderazgo y decisiones serán cruciales para enfrentar tanto las crisis sociales como económicas que aquejan a la nación. La mirada de los ciudadanos y del mundo está puesta en cómo manejará los desafíos que se avecinan, en un país donde el carnaval y sus famosas playas contrastan con la dura realidad del día a día.
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