El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha planteado acusaciones contundentes contra Alemania, argumentando que su sistema de salud está amplificando los altos costos de los medicamentos recetados en su país. En un evento reciente, Trump firmó una orden ejecutiva con el objetivo de reducir estos precios en al menos un 59% en algunos casos, resaltando la necesidad imperante de hacerlos más accesibles para los estadounidenses.
Trump sostiene que los pacientes de EE.UU. están, de alguna manera, subsidiando los sistemas de salud de Alemania y, en general, de la Unión Europea, ya que afirma que las políticas de la UE fuerzan a las compañías farmacéuticas a fijar precios más bajos en su territorio. Esta dinámica, según él, genera una cadena de incrementos en los costos para los clientes estadounidenses, quienes terminan asumiendo la carga de estas desigualdades.
La orden ejecutiva concede a los fabricantes de medicamentos un plazo de 30 días para ajustar sus precios o se enfrentarán a la posibilidad de restricciones en los ingresos que reciben del gobierno a través de programas como Medicare. Estos programas son vitales, ya que cubren a cerca de 80 millones de personas con escasos recursos o discapacidades en Estados Unidos. No obstante, queda en el aire el posible impacto que esta medida tendrá en los millones de estadounidenses que cuentan con seguros médicos privados.
Trump argumenta que otros países mantienen precios más bajos para los medicamentos, lo que les permite a las farmacéuticas en EE.UU. elevar los costos con el fin de cubrir los gastos de investigación y desarrollo. En sus declaraciones, enfatizó su intención de luchar contra lo que describió como el lobby farmacéutico más poderoso del mundo, mencionando el caso del medicamento Ozempic, cuyo precio es significativamente más bajo en Europa.
La reciente orden se interpreta como un intento de resurgir la política de “nación más favorecida”; una estrategia que busca que Medicare pague los precios de los medicamentos recetados basándose en tarifas similares a las de otros países, como Alemania. Específicamente, esto implicaría que si un medicamento se vende a 100 dólares en EE.UU. y a 30 euros en Alemania, Medicare asumiría el costo de 30 euros.
Cabe recordar que Trump ya había intentado reducir los precios de los medicamentos durante su mandato, pero estos esfuerzos luego fueron revertidos por el expresidente Joe Biden, quien implementó un programa diferente en un intento por drenar los costos. De hecho, según declaraciones de la Casa Blanca, EE.UU. representa menos del 5% de la población mundial, pero financia cerca de tres cuartas partes de los beneficios farmacéuticos globales.
Sin embargo, la industria farmacéutica ha expresado preocupaciones sobre esta política, argumentando que podría obstaculizar el progreso en la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos y medicamentos, lo que podría llevar a una reducción en los beneficios económicos para las compañías del sector.
La fecha de publicación de esta información es el 14 de mayo de 2025, por lo que los lectores deben contemplar que los comentarios del expresidente Donald Trump, así como las reacciones del sector farmacéutico y la política estadounidense en torno a estos temas, podrían haber evolucionado en contextos posteriores.
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