Autoridades de la Ciudad de México están intensificando los esfuerzos para localizar y capturar a los responsables de los homicidios de Ximena Guzmán y José Muñoz, un caso que ha inquietado a la sociedad y ha generado una gran atención mediática. Ambos eran colaboradores cercanos de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, y su asesinato, ocurrido el 20 de mayo, ha desencadenado una colaboración interinstitucional sin precedentes entre diversas entidades del país.
Las investigaciones indican que el ataque fue realizado por un individuo que actuó en solitario, aunque recibió asistencia logística de al menos tres cómplices, quienes facilitaron su escape en varios vehículos hacia el Estado de México. La Fiscalía de la Ciudad de México ha establecido comunicación con las autoridades mexiquenses, así como con dependencias de otros estados como Hidalgo, Querétaro, Puebla, Tlaxcala y Morelos, para coordinar esfuerzos en la captura del delincuente y sus cómplices.
La fiscal capitalina, Bertha Alcalde, enfatizó la importancia de esta colaboración, señalando que es fundamental contar con información de otras fiscalías que puedan tener datos relevantes sobre el caso, especialmente del área metropolitana y sus alrededores.
Las líneas de investigación han llevado a las autoridades hasta la zona del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en Tonanitla. Se han podido identificar movimientos de un tercer vehículo de interés: una camioneta gris que fue vista en las inmediaciones de varios municipios aledaños. La búsqueda no se limita únicamente a dar con el autor material, sino que también se enfoca en identificar a quienes organizaron la logística del intento de escape.
A tan solo 48 horas del fatídico suceso, se ha difundido un corrido en honor a las víctimas, a través del cual se recuerdan sus últimos momentos antes del ataque. La letra destaca no solo su labor dentro del gobierno capitalino, sino también su papel en un movimiento político. Se menciona su origen en Iztapalapa y alude a la trágica ironía del destino que les dio la espalda en un día que prometía ser como cualquier otro.
El coraje y la dedicación de Ximena y José, ambos jóvenes comprometidos con su comunidad, quedan plasmados en las estrofas que narran su historia, mientras el eco del lamento por su partida sigue sonando en las calles de la ciudad. Las autoridades continúan trabajando incansablemente, determinadas a hacer justicia en un caso que no solo afecta a sus seres queridos, sino que también resuena en todo el tejido social de la capital y más allá.
Es un momento que invita a la reflexión sobre la seguridad y el riesgo que enfrentan quienes se dedican al servicio público en una sociedad marcada por la violencia. Con cada paso que dan las autoridades, la esperanza de que se haga justicia se mantiene viva, al tiempo que la comunidad sigue exigiendo respuestas y garantías para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro.
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