El drama del desplazamiento forzado continúa marcando la actualidad global, con cifras alarmantes que revelan una realidad inquebrantable. Al cierre de abril de este año, 122,1 millones de personas se encontraban desplazadas a la fuerza en todo el mundo, una ligera disminución frente al récord de 123,2 millones alcanzado a finales de 2024. Sin embargo, la situación sigue siendo insostenible, particularmente para aquellos que buscan asilo debido a la guerra, la violencia y la persecución.
Venezuela se ha convertido en el país con el mayor número de refugiados y personas bajo la necesidad de protección internacional, sumando 370,200 refugiados y 5,9 millones de personas en situaciones vulnerables a finales del año pasado. Este incremento del 2% respecto a 2023 refleja un contexto complejo donde la mayoría de estos venezolanos han encontrado refugio en América Latina. En particular, Colombia alberga a 2,8 millones de ellos, posicionándose como el tercer país del mundo con mayor población refugiada, seguido por Perú, Brasil, Chile y Ecuador.
Estados Unidos, en el primer semestre del año, recibió un número significativo de solicitudes de asilo, destacando a los venezolanos con 116,700 peticiones. La situación no ha pasado desapercibida para el gobierno de Nicolás Maduro, que ha criticado abiertamente el informe de ACNUR, calificando las cifras de “manipuladas”.
La crisis no solo afecta a un país o región, sino que refleja una complicación global en la protección de civiles. Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para Refugiados, enfatizó que el número de desplazados triplica la cifra de 2011, advirtiendo sobre la falta de atención hacia la financiación humanitaria y la creciente tendencia de los países a cerrarse en sí mismos.
Philippe Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, también alertó sobre el panorama volátil de la guerra moderna, instando a una búsqueda más activa de paz y soluciones duraderas para los refugiados. La posibilidad de retornar a casa para muchos está condicionada a la resolución de conflictos que continúan causando estragos en diversas regiones del mundo.
Entre los desplazamientos notables, Sudán se enfrenta a una de las crisis más severas, con 14,3 millones de desplazados por la guerra civil que azota al país desde abril de 2023. Por su parte, Ucrania, Siria y Afganistán contribuyen a las alarmantes cifras de personas forzadas a abandonar su hogar.
En este contexto, la comunidad internacional enfrenta el desafío urgente de reavivar el compromiso humanitario para abordar esta situación crítica. Sin duda, la realidad de los desplazados resuena con más fuerza que nunca, y es una llamada a la acción para garantizar que se escuchen sus voces y se atiendan sus necesidades.
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