La situación de Stellantis respecto a sus motores PureTech sigue generando controversia y ha llevado a la compañía a implementar diversas medidas para reparar el daño a su reputación. Desde 2024, el conglomerado ha estado lidiando con las repercusiones de los defectos de fábrica que afectaron a millones de vehículos en la última década.
La empresa ha convocado a cientos de miles de vehículos a revisión, haciendo un llamado especial a aquellas unidades equipadas con las versiones del motor tricilíndrico 1.0 y 1.2 PureTech, que fueron producidas entre junio de 2012 y febrero de 2023. Este movimiento se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por mitigar las consecuencias derivadas de averías que comenzaron a hacerse evidentes, lo que ha incluido garantías ampliadas para los coches que experimentaron problemas después de 2022. El objetivo es no solo restaurar la imagen de la marca, sino también evitar demandas colectivas vinculadas a un diseño de vehículos que ha generado descontento entre los consumidores.
El motor PureTech ha mostrado un particular defecto relacionado con una rápida degradación del aceite que lubrica la correa de distribución. Este problema es especialmente pronunciado en vehículos que circulan en entornos urbanos, donde las gotas de combustible no quemadas pueden mezclarse con el aceite, creando una mezcla abrasiva. Esta combinación no solo provoca desgaste prematuro de la correa, sino que también puede obstruir los filtros de lubricación, resultando en una grave falta de lubricación y posibles averías serias.
Aunque Stellantis había tratado de atajar estos inconvenientes mediante modificaciones que incluían una correa más ancha y la introducción de una cadena de distribución en los nuevos motores de la serie Gen 3, los problemas parecían persistir. Recientemente, informes de medios franceses han revelado que la compañía ha llamado a la revisión a más de 200,000 unidades en Francia, específicamente aquellas que incorporan un nuevo motor 1.2 tricilíndrico fabricado entre 2023 y 2025. Esto ha afectado predominantemente a los vehículos de Peugeot, que reportan cerca de 149,157 unidades en esta nueva ola de revisiones, además de Citroën, que suma casi 55,000.
Vehículos de otras marcas dentro del grupo, como Opel, Fiat, DS, Jeep, Alfa Romeo y Lancia, también se han visto implicados, elevando el número total de unidades afectadas. Desde la redacción, se ha intentado establecer contacto con Stellantis para obtener más información sobre el alcance de estas acciones en España, sin embargo, hasta el momento no ha sido posible tener una respuesta concreta. Lo que se ha comunicado con algunas marcas implicadas es que esta revisión se considera “una medida preventiva”.
Con estos acontecimientos, queda claro que la crisis de imagen de Stellantis requiere atención continua mientras la empresa navega por las complejidades de la satisfacción del cliente y la confianza del consumidor en un mercado automotriz cada vez más competitivo. La situación en desarrollo y las acciones futuras por parte de la compañía seguirán siendo objeto de seguimiento en los próximos meses.
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