La nueva Clave Única de Registro de Población (CURP) Biométrica en México marcará un hito en el ámbito de la identificación ciudadana, convirtiéndose en un documento de identificación obligatorio a partir del 2026. Este cambio significará la sustitución de la actual Credencial para Votar (INE), según declaraciones de la presidenta de la Comisión de Gobernación del Senado, Margarita Valdéz. La implementación de esta nueva CURP, que se entregará tanto en formato físico como digital, representa un desafío monumental en logística y costes, dado que 130 millones de mexicanos deberán recibir este nuevo documento.
La CURP Biométrica incluye una serie de innovaciones que la harán más segura. Además de los datos habituales, incorporará una fotografía digital del rostro, una firma autógrafa digital, huellas dactilares de ambas manos y un escaneo del iris de ambos ojos. Este enfoque promete ofrecer una identificación más robusta y menos susceptible a fraudes.
El periodo para que la Secretaría de Gobernación (Segob) despliegue una plataforma facilitadora tras la publicación en el Diario Oficial de la Federación será de 90 días. Un aspecto tranquilizador para los ciudadanos es que la obtención de este documento será gratuita, aunque el costo de producción correrá a cargo de la Segob. Este nuevo sistema también podría resultar más caro en comparación con el actual proceso de identificación; por ejemplo, el costo de la INE, que en 2018 fue de $11 pesos por cada identificación, podría incrementarse debido a la complejidad de los datos a incluir en la CURP Biométrica.
Hasta la fecha de análisis, en 2023, la población mexicana alcanza aproximadamente 129.7 millones. La meta es ambiciosa, pues se prevé que para las próximas elecciones en 2025, 99.9 millones de ciudadanos potencialmente votantes también necesiten su CURP Biométrica. Esto implicará un desembolso estimado superior a mil ochenta y nueve millones de pesos mexicanos, un factor que resalta la magnitud del retador proceso que se avecina.
Algunos ciudadanos ya pueden comenzar a sentir la inquietud sobre los cambios, pero lo que es indiscutible es que la adaptación a este nuevo sistema de identificación es un paso hacia una mayor seguridad y actualización en los métodos tradicionales de registro.
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