En México, la situación habitacional es un reflejo claro de las dinámicas socioeconómicas del país. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2024), el registro total de viviendas asciende a 38.4 millones, abarcando casas, departamentos y otros tipos de hogar.
Entre estos inmuebles, la tendencia más notable es la vivienda propia. Casi un 60% de los hogares afirma que habitan en propiedades de su propio dominio, un dato que sube a cerca del 70% cuando se consideran aquellas viviendas que aún están sujetas a pagos, como hipotecas o préstamos.
El panorama se complejiza cuando se observa la situación de los hogares en alquiler. Alrededor del 15.7% de ellos están rentados, evidenciando la importancia de este tipo de tenencia dentro del país. Además, un dato relevante es que el 11.8% de la población reporta que su vivienda no es propia y tampoco tienen contratos de alquiler, lo que indica que viven en casas prestadas por familiares o amigos.
Este fenómeno pone de manifiesto la solidaridad familiar en situaciones económicas adversas. El resto de los casos se refiere a viviendas que se encuentran en litigio y otros contextos legales, lo que añade un matiz de incertidumbre a la ya diversa realidad habitacional.
En resumen, la composición del mercado habitacional en México refleja no solo preferencias personales, sino también realidades económicas y sociales que afectan a millones de familias. La vivienda, como un componente fundamental de la seguridad y estabilidad, sigue siendo un tema crucial en el debate sobre el bienestar y desarrollo del país.
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