En la temporada de fiestas patrias en México, específicamente alrededor del 15 de septiembre, el uso de cohetes se convierte en una tradición para muchas familias. Sin embargo, esta práctica puede resultar extremadamente costosa, ya que la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos impone severas penalizaciones. Según el artículo 86 de esta ley, las personas que compren, transporten o utilicen explosivos pueden enfrentarse a penas que van de tres meses a tres años de prisión, así como multas que oscilan entre 226.28 y 22,628 pesos.
Las festividades del Día de la Independencia frecuentemente llevan a miles de ciudadanos a desconocer las implicaciones legales de usar esta pirotecnia, poniendo en riesgo no solo su bienestar, sino también el de quienes los rodean. La ley no solo penaliza la compra y el uso de cohetes, sino también su fabricación y comercialización, abordando así el problema desde varias aristas.
Los artículos 85 y 85 Bis subrayan la gravedad de la situación, imponiendo penas de dos a diez años de prisión y multas significativas a quienes comercialicen explosivos o adquieran artículos pirotécnicos sin la debida comprobación de su legalidad. Esta regulación busca evitar situaciones peligrosas, ya que cada año se registran numerosos accidentes que resultan en lesiones graves, como quemaduras y, en algunos casos, la pérdida de extremidades.
A medida que las celebraciones se acercan, las autoridades han hecho un llamado claro a la población: abstenerse de hacer uso de cohetes. Este exhorto busca garantizar la seguridad de todos y mitigar los riesgos asociados con estas prácticas. La intención detrás de estas sanciones es erradicar el uso irresponsable de explosivos y promover ambientes de celebración que prioricen el bienestar colectivo.
Es esencial que todos los ciudadanos estén informados sobre las consecuencias de sus acciones durante las festividades, no solo para salvaguardar su integridad, sino también la de sus familias y comunidades. El conocimiento de las leyes y su cumplimiento son fundamentales para disfrutar de las tradiciones patrias sin poner en riesgo la seguridad pública.
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