El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció recientemente que la Armada estadounidense llevó a cabo un ataque contra un barco con bandera venezolana en aguas internacionales, resultando en la muerte de tres personas a bordo. Este evento marca el segundo ataque en un lapso de dos semanas, evidenciando un despliegue sin precedentes de fuerzas militares, que incluye un submarino nuclear, frente a las costas de Venezuela. Trump justificó la acción al afirmar que el barco transportaba un cargamento de drogas.
El mandatario expresó en su red social, Truth, que los “narcoterroristas” de Venezuela estaban comprometidos en actividades ilegales que amenazan la seguridad nacional de Estados Unidos. Ante preguntas sobre la legitimidad de las afirmaciones sobre el envío de drogas, Trump afirmó que había evidencia, citando la presencia de grandes bolsas de cocaína y fentanilo esparcidas por el océano. Además, sugirió que las operaciones militares podrían intensificarse dentro del territorio venezolano.
En respuesta a estas operaciones, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, arremetió contra la administración Trump, argumentando que las acusaciones de narcotráfico eran solo una excusa para llevar a cabo acciones militares destinadas a intimidar y buscar un cambio de régimen en su país. Maduro denunció que la Marina estadounidense había interceptado un barco pesquero venezolano, sugiriendo que esa acción era una provocación para iniciar un conflicto.
Paralelamente, varios congresistas de EE.UU. expresaron sus preocupaciones sobre la legalidad de estas acciones militares. Tanto demócratas como algunos republicanos cuestionaron si el presidente Trump estaba abusando de su autoridad ejecutiva al utilizar al Ejército para hacer cumplir leyes nacionales sin la autorizacion del Congreso. En ese contexto, el senador Adam Schiff, por ejemplo, está redactando una resolución de poderes de guerra que busca evitar futuras acciones militares sin la autorización del legislativo.
Grupos de derechos humanos también han alzado la voz acerca de la posible violación del derecho internacional por parte de la administración de Trump, que justificó el primer ataque como un acto de “defensa propia”. La Casa Blanca ha proporcionado información limitada sobre el marco legal detrás de estas operaciones. Expertos han calificado las acciones como potencialmente constitutivas de ejecuciones extrajudiciales, pidiendo más claridad sobre la legalidad de estos ataques.
La administración actual argumenta que la amenaza de los carteles de drogas justifica su presencia militar en la región, y el secretario de Estado Marco Rubio indicó que estos grupos representan un peligro inmediato para la seguridad nacional. La situación se complica aún más con el reconocimiento de bandas como el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles, designados por Estados Unidos como organizaciones terroristas.
Esta serie de eventos resalta un marco complicado y polarizador en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, donde la acción militar y las acusaciones de narcotráfico se han entrelazado en un conflicto en escalada.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.