El pasado sábado, la famosa Oktoberfest en Múnich se vio obligada a cerrar temporalmente poco después de las 17:00 debido al sorprendente hacinamiento en el Theresienwiese. Esta decisión, anunciada a través de megafonía, generó una situación de incertidumbre entre los asistentes, quienes fueron instados a abandonar el recinto. Una visitante, compartiendo su experiencia en Instagram, expresó su temor a “morir pisoteada o atropellada”, describiendo la atmósfera como “al borde del pánico masivo”.
El diario Süddeutsche Zeitung reportó una imagen impactante de la gran multitud reunida, y aunque no se registraron heridos, muchos se encontraron atrapados, sin poder avanzar o retroceder. Christian Scharpf, portavoz de la Oktoberfest, reconoció que hubo fallos en la organización y que el anuncio del cierre pudo haber sido mejor comunicado. Los asistentes se mostraron inquietos, ya que el anuncio no ofreció ningún motivo claro, lo que llevó a que algunos lo calificaran como “alarmismo”. El encierro en cuestión duró aproximadamente 30 minutos, creando un ambiente de tensión.
La Policía de Múnich emitió un mensaje en la red social X, tratando de calmar a los visitantes y aclarando que la situación había sido un “breve hacinamiento” y que “no hubo ni hay peligro”. Este evento emblemático, que tradicionalmente evoca diversión y celebración, se vio alterado en su jornada.
El inicio de la Oktoberfest, donde la juventud se reunió en fila desde la noche anterior, fue marcado por un clima cálido de alrededor de 30 grados, aunque esto no impidió que los jóvenes en dirndls y lederhosen estiveran ansiosos por asegurar los mejores asientos en las cervecerías. En esta edición, se estimaba que cada joven gastaría entre 100 y 150 euros diarios.
En el ecuador del festival, 3,5 millones de personas habían asistido, una cifra levemente inferior a los 3,6 millones del año anterior. A pesar del alto número de visitantes, se observó una reducción en el consumo de cerveza, mientras que las bebidas sin alcohol, como refrescos y colas, ganaron popularidad. Este cambio en las preferencias se alinea con tendencias más amplias hacia opciones de bebidas no alcohólicas, cada vez más aceptadas en la cultura alemana.
La información se basa en eventos y cifras reportadas hasta el 28 de septiembre de 2025, proporcionando un vistazo a la Oktoberfest y las dinámicas sociales que se desarrollan en uno de los festivales más emblemáticos del mundo.
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