El 29 de septiembre de 2025, se anunció la liberación de un ciudadano estadounidense, Amir Amiri, después de pasar nueve meses en una prisión afgana. Este acontecimiento surge tras un acuerdo entre enviados estadounidenses y el Gobierno talibán de Afganistán, en un esfuerzo por suavizar las tensas relaciones entre ambas partes.
La liberación de Amiri, quien había sido detenido desde diciembre de 2024, fue confirmada por Zia Ahmad Takal, el portavoz adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores talibán. Un funcionario, que prefirió mantenerse en el anonimato, mencionó que Amiri estaba en proceso de regresar a Estados Unidos.
Marco Rubio, el secretario de Estado estadounidense, expresó su satisfacción con la liberación, subrayando el compromiso de la Administración Trump por proteger a los ciudadanos estadounidenses de detenciones indebidas en el extranjero. Este evento se produce poco después de la orden ejecutiva emitida por el presidente Trump el 5 de septiembre, que establece consecuencias para países que mantienen detenidos a estadounidenses de manera injusta.
A pesar de la buena noticia de la liberación de Amiri, Rubio destacó que aún permanecen otros ciudadanos estadounidenses en condiciones similares en Afganistán. La familia de Mahmood Habibi, un empresario afgano-estadounidense desaparecido desde 2022, expresó esperanza de su regreso. Ahmad Habibi, su hermano, señaló que las autoridades habían asegurado a la familia que cualquier acuerdo con los talibanes sería vinculante y no dejaría a su hermano atrás.
El contexto de esta liberación es complejo. Afganistán enfrenta una considerable crisis financiera, caracterizada por una elevada inflación y una tasa de desempleo alarmante. La situación se agrava tras un devastador terremoto en la provincia de Kunar, que dejó a miles de personas sin hogar y cobró la vida de al menos 2.000 personas.
Qatar jugó un rol crucial en este intercambio, facilitando la liberación de Amiri, así como la de otros cuatro ciudadanos estadounidenses atrapados en manos talibanas durante el año. Este país del Golfo ha sido una parte fundamental en los esfuerzos de mediación entre Estados Unidos y los talibanes.
Por otro lado, el interés de Trump en Afganistán continúa. Recientemente, ha manifestado su deseo de recuperar la Base Aérea de Bagram, catalogándola como una importante instalación estratégica. Sin embargo, los talibanes han desestimado esta demanda, afirmando que la base pertenece a Afganistán y solicitándole a Trump que adopte una postura más realista en cuestiones diplomáticas.
En resumen, la liberación de Amir Amiri representa un paso positivo en la compleja interacción entre Estados Unidos y Afganistán, aunque las tensiones persisten y otros ciudadanos continúan en situaciones inciertas. La situación humanitaria en Afganistán sigue siendo crítica, lo que aumentará la presión sobre las partes involucradas para avanzar en negociaciones constructivas.
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