Jesús Corona se despidió del fútbol profesional el 28 de septiembre de 2025, en un emotivo encuentro en el Estadio Caliente, donde enfrentó a Cruz Azul, club que fue su hogar durante 14 de sus 22 años como futbolista. Este partido no solo representó el adiós de uno de los arqueros más emblemáticos del fútbol mexicano, sino que también se convirtió en una emotiva celebración de su legado en el deporte.
Desde el inicio del encuentro, el ambiente estuvo cargado de significado. Los 21 futbolistas que participaron en el partido llevaron camisetas con el dorsal ‘1’ y el apellido ‘Corona’, rindiendo un homenaje a un ícono del fútbol celeste. Con lágrimas en los ojos, ‘Chuy’ saltó al campo, recibiendo el calor y el apoyo de los aficionados, así como de sus compañeros y rivales. Se acercó a cada jugador y al cuerpo arbitral, marcando el inicio de un duelo que, aunque competitivo, se vio envuelto en la camaradería y el respeto.
El partido inició con polémica tras la expulsión de Jorge Rodarte, una situación que se generó temprano en el juego. A pesar de ello, el foco seguía siendo la despedida de Corona. Lamentablemente, el guardameta no tuvo la oportunidad de tocar el balón en su último encuentro, ya que fue sustituido sin haber intervenido directamente en la acción del juego.
En un acto conmovedor, sus compañeros de Tijuana le formaron un pasillo de honor al retirarse del campo. La emotividad se intensificó durante el medio tiempo cuando Corona, rodeado por su familia, vio en la pantalla del estadio un video homenaje que resaltaba su trayectoria y logros en el fútbol mexicano.
A lo largo del partido, el equipo de Tijuana mantuvo la ventaja con un gol de Domingo Blanco, y posteriormente, Mourad Daoudi amplió la ventaja, aunque este triunfo finalizó el invicto de Cruz Azul en la temporada, un detalle que, aunque anecdótico, resaltó aún más el impacto del encuentro.
La despedida de Jesús Corona en el Estadio Caliente no solo enmarcó el fin de una carrera impresionante, sino que también dejó una huella profunda en la memoria de los aficionados que lo vieron crecer desde sus inicios hasta convertirse en un verdadero referente del balompié nacional. El legado de ‘Chuy’ permanecerá en la historia del fútbol mexicano, y su despedida fue un recordatorio del poder de este deporte para unir y emocionar.
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