La industria del acero en México se dispone a realizar una inversión significativa de 8,700 millones de dólares durante los próximos cinco años, una parte fundamental del ambicioso Plan México. Este esfuerzo tiene como objetivo potenciar la producción de acero en la región de Norteamérica y minimizar la dependencia de importaciones provenientes de Asia.
En el marco de la celebración del 77 aniversario de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero), se reafirmó el compromiso de la industria de sustituir esas importaciones con productos fabricados localmente. Actualmente, México se posiciona como el 15º productor de acero a nivel mundial y el principal consumidor de productos terminados en Latinoamérica, contribuyendo con el 1.4% de su Producto Interno Bruto (PIB) y un impresionante 6.9% del PIB manufacturero.
Esta inyección de capital se suma a los 6,400 millones de dólares que se destinaron en el anterior sexenio, lo que refleja una clara tendencia de crecimiento y desarrollo en un sector estratégico para la economía mexicana. En un contexto donde se contemplan mayores aranceles a las importaciones chinas, la industria del acero nacional se encuentra en una posición única para avanzar en la integración regional y la sustitución de productos extranjeros.
Desde la perspectiva de la Canacero, hay una necesidad urgente de capitalizar las sinergias entre México y Estados Unidos. La declaración “es momento de unir esfuerzos y de destacar lo Hecho en México” resuena con fuerza, especialmente en un escenario donde la política comercial estadounidense ha implementado aranceles significativos; en febrero, el presidente Donald Trump utilizó la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional para imponer un arancel del 25% a diversas importaciones, incluyendo acero. Este arancel se ha incrementado al 50% desde junio, afectando seriamente las exportaciones mexicanas, dado que más del 70% del acero producido en México se envía a su vecino del norte.
Frente a estos desafíos, la industria siderúrgica apela a la necesidad de contar con medidas gubernamentales que protejan su producción y fomenten su competitividad. En este contexto, la Canacero ha expuesto su disposición para participar activamente en la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), una negociación de vital importancia para el futuro económico del país.
Con una meta ambiciosa, la industria del acero pretende incrementar su capacidad de producción a 30 millones de toneladas anuales para el año 2030. De cumplirse este objetivo, se proyecta un crecimiento promedio anual del 1.8% entre 2024 y 2030, según lo indicado por Tyasa. Esta estrategia se ajusta a las demandas crecientes de sectores como el automotriz, minería, construcción y otros.
Las inversiones en el sector siderúrgico no solo reflejan un compromiso con el crecimiento industrial, sino que también muestran cómo el acero es fundamental para fortalecer la cadena de valor en México y en Norteamérica. Más de 16,200 millones de dólares han sido invertidos en los últimos once años, y ahora, con los 8,700 millones anunciados, se espera un crecimiento sostenible que apoye el desarrollo económico del país.
Además, México busca avanzar en conjunto con sus socios comerciales del T-MEC. Hay planes para revitalizar un comité que incluya a empresas acereras de Estados Unidos y Canadá, así como a funcionarios comerciales, con el fin de robustecer la colaboración y el desarrollo del sector a nivel regional.
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