En el período comprendido entre enero y agosto de este año, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) ha logrado un notable avance en la alfabetización de personas mayores de 60 años, con un total de 93 mil 341 inscripciones. De este grupo, 28 mil 298 han concluido sus estudios y obtenido su constancia, mientras que 65 mil 43 continúan su camino hacia la lectoescritura. Estos datos representan un avance histórico en la atención a este sector de la población que, a menudo, enfrenta desafíos significativos en su acceso a la educación.
En el contexto del Día Internacional de las Personas de Edad, el secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, subrayó la importancia de cada persona que aprende a leer, escribir o concluye un nivel educativo, pues se convierten en ejemplos valiosos para sus comunidades. Esta dinámica no solo refleja un deseo innato de superación, sino que también evidencia cómo la educación actúa como una herramienta de libertad, desarrollo y participación social, generando un impacto positivo en el país.
De los adultos mayores que participan en los programas educativos del INEA, 31 mil 512 están actualmente cursando la primaria, mientras que 37 mil 37 estudian la secundaria. El compromiso del Gobierno de México de garantizar el derecho a la educación para todos, sin importar la edad o las condiciones de vida, es un principio fundamental que se encuentra en el corazón de estas iniciativas.
El secretario enfatizó que el objetivo de declarar a México como territorio libre de analfabetismo es una tarea de Estado que contribuirá a promover la paz, combatir la pobreza del conocimiento y fomentar el desarrollo económico. En este sentido, el INEA ha implementado el Modelo de Educación para la Vida (MEV) AprendeINEA, diseñado para ofrecer una formación flexible y respetuosa que reconozca la experiencia de los adultos mayores y fortalezca su autoestima.
En este marco, el titular del INEA, Armando Contreras Castillo, compartió el inspirador testimonio de Bertha Ramírez Mora, quien a la avanzada edad de 100 años concluyó la primaria en una casa de retiro gracias a los servicios del Instituto. Este ejemplo resalta la idea de que nunca es tarde para aprender; la educación, como se subraya, transforma vidas y une a las familias en torno al conocimiento.
Además, la educación para personas mayores no solo se ve como un acto de justicia social, sino también como una oportunidad para construir comunidad y fortalecer la cohesión social. La inclusión activa de este sector en la vida educativa del país demuestra que aprender no tiene edad. También se reconoce la labor de aquellos adultos mayores que funcionan como asesores educativos, contribuyendo tanto a la transmisión de conocimientos como a la inspiración de nuevas generaciones.
El compromiso del Gobierno de México y el trabajo conjunto del INEA están sentando las bases para un país más equitativo, solidario e inclusivo, donde la educación se viva como un derecho humano universal. La información mencionada corresponde a la fecha de publicación original (2025-10-04 15:34:00).
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