La obra del destacado escritor húngaro László Krasznahorkai, condecorado con el Premio Nobel de Literatura en 2025, revela un vínculo intrínseco con la cinematografía de su compatriota Béla Tarr, reconocida por sus singularidades en el cine europeo de autor. La colaboración entre ambos genios dio lugar a obras monumentales que trascienden las fronteras entre la literatura y el séptimo arte.
Uno de los hitos más notables de esta asociación fue Tango satánico (1994), una adaptación de la novela homónima de 1985. Esta épica película, que supera las siete horas, se sostiene en una estructura circular, compuesta por 12 capítulos que alternan entre la progresión y el retroceso narrativo. La cinta refleja el estancamiento rural y la corrupción moral, elementos recurrentes en la narrativa de Krasznahorkai. Béla Tarr llevó los extensos y profundos párrafos del autor a planos secuencia envolventes que, a través de barro, lluvia y silencio, traducen su universo literario a imágenes de potente fuerza visual.
Seis años después, Armonías de Werckmeister (2000) adaptó la novela Melancolía de la resistencia (1989), sumergiendo a un pequeño pueblo húngaro en la confusión provocada por la llegada de un circo que traía consigo una ballena disecada junto a un enigmático personaje conocido como El Príncipe. La película, filmada en blanco y negro, se convierte en un estudio visual de temas como el orden y la entropía, la pureza y la corrupción, creando un ambiente de quietud ritual que acentúa el simbolismo de la narrativa.
La obra cinematográfica más reciente de este dúo creativo fue El caballo de Turín (2011), una meditación sobre el agotamiento del mundo y el silencio final del ser humano. Inspirada libremente en las ideas de Nietzsche, esta obra representa no solo un cierre de su colaboración, sino también un hondo reflejo de la crisis contemporánea.
En el año 2024, Krasznahorkai visitó México para participar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde se dirigió al público como ganador del Premio Formentor. Durante su estancia, compartió sus vivencias en el cine, puntualizando que su colaboración con Béla Tarr comenzó tras varias negativas, convirtiéndose en un punto de inflexión en su trayectoria.
El autor destacó que su estilo fluye de manera natural, asemejándose más a la música que a la escritura tradicional y subrayó la conexión que ha encontrado con el público mexicano, sensible a temas como la desesperanza, los fantasmas y los rituales de la vida cotidiana.
La información presentada corresponde a la fecha de publicación original (10 de octubre de 2025) y es un testimonio del impacto de la obra de Krasznahorkai en el ámbito literario y cinematográfico contemporáneo.
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