Es habitual que con el paso del tiempo y el uso frecuente, las almohadas presenten esas molestas manchas amarillas que pueden derivar del sudor, la saliva o la grasa corporal. No obstante, existe un método casero altamente eficaz que no requiere un tallado intensivo y devuelve a las almohadas su frescura original. A continuación, se detallan los pasos para lograrlo.
Materiales Necesarios
Para esta tarea, necesitarás una serie de ingredientes comunes que probablemente ya tienes en casa. Estos son:
- 1 taza de detergente para ropa (ya sea líquido o en polvo)
- 1 taza de blanqueador de oxígeno (sin cloro, como el percarbonato de sodio)
- 1/2 taza de bicarbonato de sodio
- Agua muy caliente (idealmente hirviendo)
- 1/2 taza de vinagre blanco
- Un lavadero o recipiente grande
Procedimiento
- Preparar la Solución: Llena el recipiento grande con agua lo más caliente posible, teniendo cuidado de no quemarte en el proceso.
- Mezclar Ingredientes: Agrega el detergente para ropa, el blanqueador de oxígeno y el bicarbonato de sodio en el agua caliente. Asegúrate de revolver bien para que todos los ingredientes se disuelvan y activen.
- Sumergir Almohadas: Retira las fundas de las almohadas y sumérgelas completamente en la solución. Puedes usar un objeto pesado para mantenerlas sumergidas.
- Tiempo de Remojo: Deja las almohadas en remojo por un período de 3 a 4 horas, aunque es preferible dejarlas toda la noche. La combinación de calor y los ingredientes ayudará a descomponer las manchas.
- Lavar en Lavadora: Después del remojo, saca las almohadas y colócalas en la lavadora con el ciclo delicado y agua caliente. No es necesario añadir más detergente.
- Ciclo de Enjuague: Asegúrate de agregar 1/2 taza de vinagre blanco en el ciclo de enjuague para eliminar residuos y neutralizar olores.
- Secado: Seca las almohadas en la secadora a baja temperatura o al sol, asegurándote de que estén completamente secas para prevenir la formación de moho.
Cuándo Lavar las Almohadas
Aunque muchas veces no son visibles, las fundas de almohadas y sábanas suelen acumular restos de piel, pelos y ácaros. Los expertos sugieren cambiarlas por lo menos una vez a la semana. Si tienes hábitos como sudar mucho al dormir, o si duermes sin ropa, es recomendable hacerlo con mayor frecuencia para mantener un ambiente limpio y libre de bacterias.
Este método no solo promete devolver les frescura a tus almohadas, sino que también utiliza ingredientes accesibles, asegurando que puedas llevar a cabo la tarea sin la necesidad de adquirir productos costosos.
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