A partir de diciembre, los astros marcan un momento lleno de oportunidades para el crecimiento personal y emocional. A partir del 15 de diciembre, Marte entra en Capricornio, encendiendo un fuego creativo que impulsa a actuar con pasión. Este tránsito invita a iniciar proyectos personales con una nueva intensidad, explorar relaciones románticas con mayor intención o dedicar tiempo a esos hobbies que pueden haber quedado de lado. Marte aporta una disciplina especial a nuestras pasiones, transformando la acción en algo más placentero y significativo.
El 19 de diciembre, la Luna Nueva en Sagitario simboliza el inicio de un nuevo ciclo en el ámbito familiar o emocional. Si ha surgido el deseo de cambiar de hogar, mudarse, comenzar una convivencia o simplemente crear un ambiente de paz, esta Luna ofrece la energía necesaria para dar el primer paso. Se trata de plantar semillas que permitirán construir un lugar donde uno se sienta seguro y amado.
Poco después, el 21 de diciembre, el solsticio de invierno introduce un profundo tono emocional al mes. En este día, Júpiter en Cáncer forma una cuadratura con Quirón en Aries, mientras que el Sol entra en Capricornio. Este evento invita a confrontar heridas emocionales vinculadas al sentido de pertenencia. Es un buen momento para reflexionar sobre dónde realmente se siente casa, no solo desde una perspectiva física, sino también en el corazón. La llegada del Sol en Capricornio solicita un crecimiento desde la autenticidad y la disciplina emocional.
El 24 de diciembre, Venus hace su entrada en Capricornio, añadiendo amor y enfoque a las experiencias del mes. Esta transición promueve relaciones más sinceras y maduras; es posible que muchas personas se sientan listas para comprometerse, ya sea en relaciones, en proyectos o consigo mismas. Este tránsito subraya que el amor implica ganar sentido en vez de perder el control.
Finalmente, el 27 de diciembre, la Luna Creciente en Aries activa un proceso de sanación emocional. Este día puede traer intensos momentos de reconocimiento, así como de liberación. La conexión entre el cuerpo y el alma se fortalece, convirtiendo el dolor previo en un motor de impulso.
En el ámbito profesional, diciembre resalta el valor de las personas más allá de su eficiencia. Se reconoce su humanidad, su visión y su capacidad para sostenerse en lo positivo. En lo amoroso, el movimiento de Neptuno directo junto a Venus aporta claridad a las relaciones, fortaleciendo los vínculos saludables mientras que aquellos sin futuro tienden a desvanecerse. Este mes también proporciona la oportunidad de romper con patrones de perfeccionismo que han dificultado la paz interior.
Este análisis astrológico ofrece un mapa claro sobre cómo aprovechar mejor las energías cósmicas de diciembre, alentando a los lectores a reflexionar y a tomar medidas que enriquezcan su vida en este periodo transformador.
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