Luis Estrada admira el humor fuerte de Ibargüengoitia.

El cineasta mexicano Luis Estrada ha llevado a cabo su sueño juvenil adaptando la novela “Las muertas”, de Jorge Ibargüengoitia, en una miniserie que estrenó en septiembre de 2025 a través de Netflix. En un evento reciente de la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara, Estrada compartió su experiencia de adaptación, destacando la riqueza del material literario que inspiró su trabajo.

La sala de conferencias se encontraba repleta de entusiastas que sostenían ejemplares de la novela, ansiosos por escuchar la ponencia titulada “Ibargüengoitia en la visión cinematográfica de Luis Estrada: Estilo, sátira y narrativa”. Junto a Estrada se encontraban el actor Alfonso Herrera, Daniela Fregoso, directora de Asuntos Comerciales y Legales de Netflix en México, y Antonio Ortuño, quien moderó la conversación.

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Estrada recordó el inicio de su travesía tras el éxito de “¡Que viva México!”, que fue vista por más de 32 millones de cuentas. Fue entonces cuando un ejecutivo de Netflix le pidió que pensara en su próximo proyecto, a lo que él rápidamente respondió: “quiero hacer Las muertas”. Así, los derechos fueron asegurados en cuestión de días.

La adaptación no estuvo exenta de complicaciones. Fregoso explicó que, aunque inicialmente se pensó en realizar una película, la complejidad y la riqueza de la narrativa de Ibargüengoitia hicieron evidente que sería más apropiado desarrollarla como serie. La producción, que involucró más de 250 sets de época y 170 actores con diálogos, se llevó a cabo en locaciones que recreaban el Bajío de las Poquianchis, en los estados de Guanajuato y Jalisco.

En la conversación, Antonio Ortuño resaltó la conexión existente entre la obra de Ibargüengoitia y el cine de Estrada. “Los personajes y diálogos tienen acción y ritmo”, lo que hace que la adaptación parezca, en muchos aspectos, una creación original de Estrada. Entre los personajes se destaca a Simón Corona, presentando una dualidad entre valentía y cobardía, así como a Bedoya, que encarna la crueldad y el amor, y Arcángela, quien es despiadada y, a la vez, protectora.

Alfonso Herrera, quien interpreta a Simón, compartió la complejidad de dar vida a este personaje. Comentó que “el ritmo, que ya estaba en la novela, hace que trabajar con Luis se sienta como llegar a casa” y también subrayó la importancia de las escenas sexuales, que, según él, son esenciales para cimentar las emociones y motivaciones de la historia.

Estrada no se mostró ajeno a la controversia que su trabajo puede generar. Afirmó con su característico humor negro que lamenta que los jóvenes prefieran “hadas y fantasías”, al comentar sobre quienes abandonan la serie después de los primeros episodios. Además, Fregoso enfatizó la libertad creativa y el respeto por la visión original del autor, señalando que Ibargüengoitia abordó el horror y la risa en su obra de forma directa y provocadora.

Esta miniserie, entonces, no solo representa un sueño cumplido para Estrada, sino también una nueva forma de acercar la obra de Ibargüengoitia a una audiencia contemporánea, fusionando la literatura con el lenguaje audiovisual de hoy.

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