En el sombrío panorama de la libertad de prensa, el año 2025 ha sido particularmente crudo. Según el informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), se ha documentado el asesinato de 67 periodistas en el mundo, de los cuales, casi la mitad perdieron la vida en Gaza, mientras que nueve fueron asesinados en México. Este repunte en la violencia letal contra la prensa se atribuye a la incesante acción de ejércitos y organizaciones del crimen organizado, que han convertido el ejercicio de la profesión en una actividad de alto riesgo.
La situación en Gaza ha sido alarmante, sobre todo tras el estallido de la guerra entre Israel y Hamas en octubre de 2023. De los periodistas fallecidos, al menos 29 eran palestinos que perdieron la vida simplemente por cumplir con su deber informativo. RSF califica al ejército israelí como “el enemigo número uno de los periodistas”, subrayando que estos ataques no son meras balas perdidas, sino acciones deliberadas contra quienes buscan reportar la verdad.
En contraste, en México, el año 2025 se convierte en el más mortífero de los últimos tres para el periodismo, con nueve profesionales asesinados. Ellos, en su mayoría, cubrían temas relacionados con el crimen organizado y denunciaban sus vínculos con la política. Las amenazas de muerte a las que estaban expuestos eran alarmantes, y, en algunos casos, como el del periodista Cayetano de Jesús Guerrero, incluso estaban bajo protección estatal.
Una de las organizaciones más mencionadas en este contexto es el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), conocido como la “organización criminal más violenta” del país. Tres periodistas fueron asesinados específicamente en las áreas donde este grupo opera, mientras llevaban a cabo investigaciones sobre narcotráfico y corrupción local.
Sin embargo, el problema no se limita a estos dos países. A nivel global, RSF reporta que Sudán, con cuatro periodistas caídos, y Ucrania, con tres, también son considerados como zonas de alto riesgo. La organización ha levantado la voz sobre la necesidad urgente de que los gobiernos hagan de la protección de los periodistas una prioridad y no los conviertan en víctimas de agresiones sistemáticas.
La libertad de prensa se enfrenta además a la detención de 503 periodistas en 47 naciones, con cifras alarmantes que destacan a China (121 detenidos), Rusia (48) y Birmania (47) como líderes en la represión de la información. También se reportan 135 periodistas desaparecidos, algunos desde hace más de 30 años, y 20 secuestrados, en su mayoría en Siria y Yemen.
Un fenómeno perturbador es el exilio forzado de periodistas, particularmente en países como El Salvador, donde la represión ha llevado a que al menos 53 comunicadores huyan desde enero hasta octubre de 2025. Este clima de hostilidad hacia los profesionales de la información plantea un desafío inminente para la sociedad en su conjunto, que se ve privada de un esencial flujo de información.
El panorama actual deja muy claro que la lucha por la libertad de prensa sigue siendo una batalla crítica en varios frentes. La realidad es que este año ha intensificado los riesgos, y hoy, más que nunca, se demanda un compromiso renovado por parte de las autoridades para garantizar la seguridad de quienes se dedican a contar la verdad en un mundo donde cada vez es más peligrosa.
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