Claudia Sheinbaum, presidenta de México, anunció que las conversaciones sobre la gestión del agua entre su gobierno y Estados Unidos seguirán este miércoles, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que no comprometa el consumo interno de este recurso vital. En su conferencia mañanera, Sheinbaum destacó la importancia de cooperar con los gobernadores de las diversas regiones del país para evitar conflictos internos en torno a este asunto.
La presidenta relató que la primera reunión entre funcionarios de ambos países se llevó a cabo recientemente, y aunque México presentó una propuesta inicial, esta fue rechazada por el gobierno estadounidense. En respuesta, se elaboró una segunda propuesta que deberá ser discutida en el encuentro programado para hoy.
Sheinbaum fue contundente al aclarar que México no busca evadir sus responsabilidades en virtud del tratado de 1944, diciendo: “No es un asunto de mala voluntad de México decir ‘no queremos entregar agua’. Sí queremos cumplir con el tratado, pero de acuerdo con las características que tenemos en este momento”. Este enfoque resalta la intención del gobierno mexicano de encontrar un equilibrio que beneficie a ambas naciones.
Además, comentó que el plazo de cumplimiento se extiende hasta principios de 2025, específicamente enero, febrero y marzo, y manifestó su confianza en que se puede llegar a un acuerdo, siempre y cuando no surjan más complicaciones por parte de Estados Unidos.
Al ser cuestionada sobre la posibilidad de renegociar el tratado de aguas, Sheinbaum fue clara: descarta esta opción, que ya había abordado en ocasiones previas, asegurando que el tratado es ventajoso para México y sugiriendo que podrían ser necesarias actas adicionales en lugar de una renegociación completa.
La situación se agrava por las amenazas emitidas por el expresidente Donald Trump, quien advirtió sobre la imposición de aranceles del 5% si México no entregaba los 246 millones de metros cúbicos de agua de la cuenca del Río Bravo a los agricultores de Texas antes de que finalizara el año. Esta declaración se dio a pocos días de un reciente encuentro entre ambos mandatarios en Washington, que coincidió con el sorteo del Mundial.
Con estas negociaciones en curso, el futuro de la gestión del agua entre México y Estados Unidos sigue siendo un tema candente, crucial para ambos países y para la estabilidad de sus relaciones bilaterales.
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