Estados Unidos ha dado un paso significativo en la carrera global por la inteligencia artificial (IA) al anunciar un acuerdo estratégico con aliados en la región Asia-Pacífico. Este pacto, impulsado por la creciente preocupación ante la influencia de China, se centra en asegurar las cadenas de suministro de minerales esenciales para el desarrollo de la IA. La alianza, cuyo nombre es “Pax Silica” –una adaptación de términos latinos que significan paz y silicio, un material clave en esta tecnología– incluye a países como Japón, Corea del Sur, Singapur, Australia e Israel.
La iniciativa busca consolidar un frente común entre naciones que albergan a algunas de las empresas tecnológicas más avanzadas del mundo. Según declaraciones del Departamento de Estado, “Pax Silica es un nuevo tipo de asociación internacional que pretende desatar el potencial económico de esta nueva era impulsada por la inteligencia artificial”. Este esfuerzo se traduce en el objetivo de minimizar la dependencia de recursos críticos provenientes de China, que actualmente controla aproximadamente el 70% de las tierras raras cruciales para la IA.
A pesar del optimismo que rodea al acuerdo, los detalles prácticos sobre su implementación aún son vagos. Jacob Helberg, subsecretario de Estado para Asuntos Económicos, destacó que la alianza “garantiza que estos países tengan acceso a insumos y a la infraestructura necesaria para mantener su competitividad en el sector de la IA”.
El anuncio llega en un momento delicado, ya que el presidente Donald Trump había decidido permitir la exportación de chips avanzados de IA desarrollados por Nvidia a China, un cambio que contrasta con las políticas más restrictivas de su predecesor, Joe Biden, quien había planteado preocupaciones sobre la seguridad nacional en este contexto. Este giro en la política subraya la complejidad de las relaciones comerciales y tecnológicas entre las superpotencias.
Además de los firmantes del acuerdo, otros países como los Emiratos Árabes Unidos, Canadá, los Países Bajos y representantes de la Unión Europea también participaron en las discusiones sobre las cadenas de suministro, aunque sin unirse formalmente a “Pax Silica”. Este diálogo refleja la necesidad global de estabilidad y colaboración en un ámbito donde la innovación tecnológica y los intereses geopolíticos están cada vez más entrelazados.
A medida que estas alianzas se concretan, el enfoque en el fortalecimiento de las cadenas de suministro para la IA se convierte en una pieza fundamental para garantizar el futuro competitivo de los países involucrados. De aquí en adelante, la capacidad de navegar en las complejidades de la tecnología y la política repercutirá en el desarrollo y la implementación de la inteligencia artificial en todo el mundo.
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