La carrera de Terence Crawford en el boxeo ha llegado a su fin sin que una sola derrota empañe su legado. A los 38 años, el talentoso peleador de Omaha, Nebraska, ha anunciado su retiro, pocos meses después de haber hecho historia al convertirse en el primer boxeador en dominar tres categorías diferentes. Su última batalla, en la que se impuso por decisión unánime al mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, le valió el título indiscutido de peso supermediano.
“Me retiro de la competición, no porque haya terminado de pelear, sino porque he ganado otra tipo de batalla: la de retirarse en mis propios términos. No es un adiós, es el final de una pelea y el comienzo de otra”, comentó Crawford en su canal de YouTube. “He dado mi corazón a este deporte. He hecho las paces con lo que viene. Y ahora, es el momento. Gracias”.
Con un impresionante récord de 42 victorias y 0 derrotas, 31 de esas victorias por nocaut, Crawford se sitúa junto a figuras legendarias como Rocky Marciano, Floyd Mayweather Jr., Andre Ward y Edwin Valero, quienes finalizaron sus carreras invictos. A lo largo de su trayectoria, obtuvo 18 títulos mundiales en cinco categorías: ligero, superligero, welter, superwelter y supermediano, comenzando su ascenso en 2008 y conquistando su primer cetro mundial en 2014 al vencer al escocés Ricky Burns.
Una hazaña notable en su trayectoria es que nunca fue derribado oficialmente en un combate. Sus victorias llegaron ya sea por decisión unánime o por nocaut, sin que ningún juez votara a favor de un oponente a lo largo de su carrera.
“Pasé toda mi vida persiguiendo algo, no cinturones, ni dinero, ni titulares. Sino esa sensación, la que se siente cuando el mundo duda de ti, pero sigues adelante y demuestras que todos están equivocados”, compartió Crawford, reflejando su motivación detrás de cada pelea. Luchó por su familia, su ciudad y por el niño que fue, quien solo tenía un sueño y un par de guantes.
Su sorpresivo retiro se produce semanas después de una controversia con el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), cuyo presidente, Mauricio Sulaimán, acusó a Crawford de no pagar las cuotas de sanción correspondientes a dos combates, incluido el enfrentamiento con Canelo. Esto llevó a que el boxeador fuera despojado del título del organismo. Crawford, al parecer, admitió no haber pagado honorarios que ascendían a 300 mil dólares de su bolsa de 50 millones por la pelea.
Aun así, mantuvo su postura desafiante. “¿Quién demonios te crees que soy? Mejor que te des una bofetada. No te voy a pagar nada. ¿Qué te hace mejor que cualquier otro organismo regulador?”, expresó, evidenciando su descontento con la situación.
Con su retiro, Crawford no solo cierra un capítulo destacado en el mundo del boxeo, sino que también deja una huella imborrable en la historia de este deporte, siendo un símbolo de perseverancia y dedicación.
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