Alex Tonatiuh Márquez Hernández, hasta hace poco director de Investigación Aduanera en la Agencia Nacional de Aduanas, ha sido cesado de su puesto en un giro inesperado que ha capturado la atención del país. Su nombramiento estuvo rodeado de polémica, dado su estilo de vida lujoso en contraste con sus ingresos públicos y las acusaciones de corrupción que lo perseguían. Este cambio se produjo justo después de que Estados Unidos le retirara su visa, un acontecimiento que ha incrementado las especulaciones sobre su conducta.
Durante su breve gestión, Márquez Hernández se destacó por su papel en desmantelar una intrincada red de contrabando de combustible que involucraba a altos mandos de la Secretaría de Marina, específicamente los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, dos militares de alto rango y sobrinos políticos del secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, mencionó que Márquez colaboró en la investigación que llevó al hallazgo del petrolero Challenge Procyon en Tampico, cuyo cargamento declarado consistía en aditivos para aceites, pero que en realidad transportaba diésel. Este descubrimiento desató una serie de investigaciones sobre la participación de funcionarios públicos y marinos en un esquema de contrabando que ha operado durante años.
La red de contrabando no solo incluyó a marinos, sino que también abarcó a empresarios y criminales que trabajaron juntos para evadir impuestos a través de la entrada ilegal de cientos de barcos con combustible. La magnitud de la operación es impresionante, con pérdidas estimadas que superan los 150 millones de dólares. Este escándalo, considerado el primer gran caso mediático de huachicol fiscal, ha puesto de manifiesto la complejidad de las relaciones entre diferentes sectores de poder en el país.
Márquez, quien fue vinculado con Rafael Fernando Marín Mollinedo, el entonces director de Aduanas, tuvo una trayectoria intermitente en la institución, marcada por acusaciones previas de permitir el contrabando en la aduana de Reynosa. A pesar de su regreso a la dirección de Investigación Aduanera en 2025, sus problemas no cesaron; acumuló una serie de denuncias que apuntaban a su posible enriquecimiento ilícito y su participación en operaciones con recursos de procedencia sospechosa.
El cese de Márquez Hernández es un indicativo claro de los vientos de cambio en la lucha contra la corrupción en el sistema aduanero de México. A medida que las investigaciones avanzan, la atención se centra en desentrañar las complicidades que permitieron que tales redes de contrabando florecieran, mostrando una vez más la necesidad de reforzar la transparencia y la rendición de cuentas en las instituciones públicas.
Esta historia, que continúa desarrollándose, resalta la importancia de una vigilancia constante y una reforma decidida en el ámbito de la aduana y el comercio exterior, con el fin de erradicar por completo prácticas que socavan la integridad del gobierno y perjudican la economía del país.
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