Aplausos continuos en la primera función de El cascanueces.

Con una ovación prolongada y entusiasta, el Auditorio Nacional celebró el estreno de El cascanueces el pasado 20 de diciembre de 2025. Este emblemático ballet, presentado por la Compañía Nacional de Danza (CND), marcó el inicio de una tradición que cada diciembre congrega a diversas generaciones, ansiosas por vivir la magia de esta obra. La función, asistida por miembros de la prensa e invitados especiales, se desarrolló con una energía palpable que se intensificó tras el intermedio, dejando a los espectadores sumidos en el encanto de la música y la danza.

Los niños, con su natural espontaneidad, se balanceaban en sus asientos, moviendo los pies al compás de la orquesta, mientras los adultos se esforzaban por capturar esos momentos en fotografías. Un periodista presente destacó la importancia de experimentar estas obras en vivo, un sentimiento compartido por los padres allí presentes. “No se compara con ver fragmentos por televisión; el contacto directo con el arte inspira y deja huella”, comentó un padre emocionado.

Pese a los inconvenientes en el trayecto causados por el mantenimiento en la estación Auditorio del Metro y los cierres en la avenida Reforma, la llegada a la sala valió la pena. Una espectadora, visiblemente complacida, observaba la alegría de los niños a su alrededor. “Ellos son el mejor termómetro de lo que vivimos aquí”, observó con una sonrisa.

La coreografía de este año, realizada por la maestra polaca Nina Novak, se basa en la original de Lev Ivanov, acompañada por la inmortal partitura de Piotr Ilich Chaikovski, interpretada en vivo por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección del azerbaiyano Ayyub Guliyev. La interpretación musical, más de un siglo después de su estreno, sigue siendo un pilar emocional en el mundo del ballet.

La presentación también incluyó a estudiantes de la Academia de la Danza Mexicana y de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, quienes dieron vida a personajes como Clara, Fritz, y los emblemáticos ratones y bombones del cuento original. Los jóvenes intérpretes aportaron disciplina y frescura, complementando un elenco consolidado.

Con un entorno que ofreció el frío característico de la temporada, la concentración del público permaneció intacta durante toda la función. El cascanueces es una obra que nunca pasa desapercibida; su éxito en la capital mexicana se refleja en las 228 representaciones realizadas desde su llegada al Auditorio Nacional en 2001, logrando atraer a más de un millón de espectadores.

La escenografía, que captura el esplendor del siglo XIX con un enfoque contemporáneo, complementa la narrativa, subrayando la esencia de este clásico navideño. Renovada en 2017 para adaptarse mejor al recinto, el diseño escénico de Sergio Villegas, junto a los vestuarios de María y Tolita Figueroa, y la iluminación de Laura Rode, brindan un espectáculo visualmente notable.

Los amantes del ballet tienen la oportunidad de disfrutar de El cascanueces hasta el 23 de diciembre, con boletos disponibles a través de Ticketmaster. Esta producción no solo celebra el arte de la danza, sino que también reafirma su lugar como un hito cultural en la capital, recordando a todos la magia de la Navidad.

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