El Proyecto Templo Mayor me define

En un remanso de tranquilidad, el estudio-biblioteca de Eduardo Matos Moctezuma se erige como un refugio que combina el saber arqueológico con la calidez familiar. Este destacado investigador, emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), celebra más de tres décadas dedicado a su aclamado Proyecto Templo Mayor (PTM), un esfuerzo que considera el eje de su vida académica. A medida que se acerca 2028, año en el que se conmemorará el medio siglo de este proyecto, Matos anticipa una serie de actividades conmemorativas que prometerán hacer justicia a la rica historia de la cultura mexica.

Cumpliendo 85 años el 11 de diciembre, Matos continúa su labor con una energía sorprendente. Aunque los años pesan, su pasión por la investigación, las conferencias y la enseñanza no ha mermado. De hecho, el arqueólogo se muestra entusiasta ante la idea de compartir sus conocimientos, recibiendo numerosas invitaciones para conferencias en distintos lugares.

El PTM, que Matos dirigió de 1978 a 1991, dio un giro significativo en el estudio de la civilización mexica desde que, el 21 de febrero de 1978, se descubriera la escultura monumental de Coyolxauhqui. Este hallazgo, realizado por un equipo del INAH durante unas obras, transformó el enfoque del museo que se planeaba en ese entonces, llevando a la creación del PTM. Desde su fundación, este proyecto ha abierto un vasto universo prehispánico lleno de descubrimientos.

“Decidí estudiar arqueología tras leer un libro que me cautivó”, recuerda Matos. La obra, “Dioses, tumbas y sabios”, dejó una huella imborrable en su elección profesional, lo que lo llevó a inscribirse en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en 1959, donde la clase creció notablemente en relación con años anteriores. Su formación estuvo marcada por la influencia de algunos de los más grandes nombres de la arqueología, como José Luis Lorenzo y Román Piña Chan.

A lo largo de su carrera, les confiesa a sus entrevistadores que ha trabajado en los principales sitios prehispánicos de México, como Teotihuacán y Cholula, experiencias que lo prepararon para liderar el PTM. El número de publicaciones sobre el Templo Mayor asciende a más de 1,300, lo que subraya la prolífica producción académica generada por este esfuerzo colectivo.

Matos también menciona la relevancia de los hallazgos en el recinto sagrado, que han enriquecido el conocimiento sobre la civilización mexica en los años previos a la llegada de los españoles. Entre los descubrimientos más significativos se encuentran las esculturas de deidades como Tlaltecuhtli, que se destacan no solo por su valor estético, sino por lo que representan en la historia de México.

El PTM ha sido reconocido no solo a nivel nacional, sino también internacional; en 2025, Matos recibió el Premio al Descubrimiento de Campo en Shanghái, y su museo ha sido galardonado en varias ocasiones, reflejando la alta estima en que se tiene este trabajo.

En la resolución de ciclos, Matos está preparado para cerrar una etapa con su próximo libro titulado “La muerte en México a través del arte: Prehispánica, colonial, independiente y moderna”. Esto, junto con una cátedra en Harvard que lleva su nombre, da cuenta de su compromiso continuo con el estudio y la difusión del conocimiento.

A medida que se concatena el pasado con los planes para el futuro, Eduardo Matos Moctezuma sigue siendo un pilar fundamental en el estudio de la arqueología mexicana, iluminando las ricas raíces de una civilización que sigue fascinando al mundo entero.

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