En una reciente rueda de prensa, Tadashi Imai, presidente de la Federación Japonesa del Hierro y el Acero, manifestó su escepticismo respecto a los nuevos requisitos de licencias de exportación que planea implementar China a partir de 2026. Según Imai, estas medidas no serán efectivas para reducir los volúmenes de exportación de acero ni para corregir la caída en los precios del metal.
China, líder mundial en producción de acero, ha decidido adoptar este sistema para regular las exportaciones, impulsada por un aumento en los envíos que ha generado preocupaciones proteccionistas globales. Imai destacó que, aunque la medida pretende frenar la salida de acero de calidad inferior, no se espera que logre contener los volúmenes exportados ni influir en la dinámica del mercado.
Las exportaciones de acero de fabricantes chinos han suscitado críticas internacionales, siendo Japón uno de los países que han denunciado cómo las subvenciones gubernamentales en China fomentan la sobreproducción y la venta a precios artificialmente bajos, distorsionando el mercado mundial. Esta problemática ha llevado a una creciente tensión entre naciones productoras de acero.
En otro ámbito, la Federación anticipa que la demanda nacional de acero de Japón en los sectores de la construcción y la fabricación se mantendrá estable en el próximo ejercicio fiscal, que inicia en abril. No obstante, el Ministerio de Comercio e Industria japonés pronostica que la producción de acero bruto en el país caerá un 3.2% este año, alcanzando los 80.33 millones de toneladas, lo que marcaría el nivel más bajo desde 1968.
Imai, que también lidera Nippon Steel, abordó el impacto de los aranceles estadounidenses en el acero, incluidos un gravamen del 50% y un arancel del 15% sobre productos japoneses. Se estima que estos aranceles reducirán en 20,000 millones de yenes (aproximadamente 130 millones de dólares) las ganancias de su empresa este año fiscal. Además, proyectó que las exportaciones a Estados Unidos se verán recortadas a la mitad en comparación con el año anterior.
A pesar de estas dificultades, Imai comentó que el impacto global, incluidos los efectos indirectos del arancel sobre automóviles, ha sido menor de lo esperado. Con el escenario actual, la comunidad internacional seguirá observando de cerca la evolución de las políticas comerciales y la producción de acero, un metal fundamental para el desarrollo de infraestructura y diversas industrias.
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