Las exportaciones de petróleo crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex) han registrado una notable caída de 25.5% entre enero y noviembre de 2025, estableciéndose en un promedio de 601,000 barriles diarios. Este descenso marca el nivel más bajo en más de tres décadas, consolidando así el segundo año consecutivo de reducción en las exportaciones. Esta situación se enmarca en una nueva estrategia de la empresa, que busca aumentar el procesamiento interno y, por ende, la producción de combustibles destinados al mercado nacional, alineándose con una menor disponibilidad de crudo debido a la disminución de la producción.
Además, el precio de la mezcla mexicana de exportación ha experimentado un descenso significativo, promediando 61.5 dólares por barril en 2025, lo que implica un retroceso de 13.1% en comparación con el valor de 70.8 dólares registrado en el mismo periodo del año anterior. Esta combinación de reducción en volumen y precio ha llevado a que los ingresos por exportaciones de la petrolera disminuyan un 35.4%, alcanzando los 12,337 millones de dólares, el monto más bajo en al menos dos décadas.
Pemex ha revelado que las ventas internacionales están perdiendo peso en el total de sus ingresos, destacando el incremento en las ventas internas como una fortaleza financiera. Para la empresa estatal, estas ventas son consideradas una fuente de ingresos no solo más estable, sino también permanente. A finales de septiembre de 2025, las exportaciones representaron el 35% de los ingresos totales de casi 380,000 millones de pesos, cinco puntos porcentuales menos que en el mismo periodo de 2024.
No obstante, la disminución de los ingresos también plantea desafíos para Pemex, ya que la mayor parte de su deuda está denominativa en dólares y una considerable parte de sus gastos operativos también depende de insumos en esta moneda. A largo plazo, el plan de la empresa es reducir las exportaciones a menos de 490,000 barriles diarios en 2026, y promediar 380,000 barriles diarios entre 2027 y 2030.
Paralelamente, el bombeo total de hidrocarburos líquidos en Pemex ha caído un 7.8% a un millón 633,000 barriles diarios, el nivel más bajo desde 1979. En particular, la producción de crudo se ha reducido un 8.7%, mientras que la extracción de condensados ha disminuido un 3%. La causa de esta caída en el bombeo se atribuye tanto a la declinación natural de los campos maduros como a la acumulación de deudas con proveedores que ha limitado la perforación de nuevos pozos.
A pesar de los esfuerzos de Pemex por liquidar pasivos con proveedores—que hasta septiembre alcanzaban casi 300,000 millones de pesos—la situación financiera aún requiere de atención. Al cierre del tercer trimestre, los pasivos contraídos con proveedores se elevaron a 517,098 millones de pesos, lo que representa un aumento del 2.2% en comparación con el cierre de 2024.
Este escenario refleja la complejidad del panorama en el que Pemex se mueve, enmarcado por la búsqueda de estabilidad financiera y la denotada necesidad de adaptarse a las realidades del mercado energético global.
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