A medida que la economía mexicana se enfrenta a una desaceleración notable, surge un fenómeno interesante: el gobierno está logrando un aumento significativo en la recaudación de impuestos, sin necesidad de aumentar o crear nuevos tributos. Este contraste resalta una dinámica intrigante, donde la recaudación ha superado en un 100% las proyecciones iniciales del gobierno para el periodo fiscal.
El 30 de abril de 2025, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que el crecimiento económico de México fue de solo un 0.2% trimestral y 0.6% anual. Este modesto panorama se ve aún más complicado al considerar que las actividades secundarias, incluyendo la industria, manufactura y construcción, experimentaron una contracción del -0.3% trimestral y -1.4% anual, lo cual refleja debilidades significativas en sectores como la construcción y la minería. Por otro lado, las actividades terciarias, que abarcan los servicios y comercio, mostraron un estancamiento con un crecimiento trimestral de 0% y un incremento anual moderado del 1.3%.
Sin embargo, las actividades primarias, que incluyen agricultura, ganadería y pesca, han sido las que realmente han sostenido la economía, con un crecimiento del 8.1% trimestral y 6.7% anual, impulsadas por un repunte significativo en la producción agrícola, el más pronunciado desde 2011.
A pesar de estos datos de actividad económica, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) publicó cifras alentadoras de recaudación, alcanzando un total de 2.4 billones de pesos, un incremento del 8.8% en términos porcentuales y 278,139 millones de pesos en términos nominales, en comparación con el mismo periodo de 2024. Tal aumento en la recaudación ha superado lo programado según la Ley de Ingresos de la Federación 2025, alcanzando un cumplimiento del 103.5%.
Desglosando estos datos, entre enero y mayo, se recaudó un billón 371 mil millones de pesos por concepto de Impuesto sobre la Renta (ISR), lo que representa un aumento real del 8.1% y 149,902 millones de pesos adicionales en comparación con el mismo lapso del año anterior. Asimismo, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) generó 653,542 millones de pesos, con un crecimiento real del 12.5% y 94,413 millones más que en el mismo periodo de 2024. En cuanto al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), se recaudaron 268,447 millones de pesos, lo que marca un leve incremento con respecto al año anterior.
A pesar de estas cifras alentadoras, la recaudación aún no se encuentra al nivel más alto alcanzado en el sexenio anterior, durante la administración de Enrique Peña Nieto, quien implementó una Reforma Fiscal significativa. En comparación con el crecimiento del 5.8% en 2024 y el 4.1% en 2023, las cifras de 2025 son positivas, pero todavía se quedan cortas en comparación con el gran incremento del 17% registrado en 2013.
¿Qué está detrás de esta creciente recaudación en el nuevo sexenio? Factores como la eficiencia en la administración tributaria del SAT, la digitalización de procesos, la resiliencia del consumo y la depreciación del peso han jugado un papel crucial. Sin embargo, se hace evidente que el margen fiscal es limitado y que existe una creciente necesidad de implementar una reforma fiscal estructural para asegurar la sostenibilidad de la estabilidad macroeconómica.
Recientes comentarios de expertos, como el economista en jefe de BBVA Bancomer, Carlos Serrano, sugieren que, si no se efectúan reformas fiscales antes del 2027, México podría enfrentar la pérdida del grado de inversión. Mientras tanto, la situación económica sigue evolucionando, y es fundamental observar cómo se desarrollan los eventos en este contexto complejo y desafiante.
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