Acuerdo de agricultores mexicanos con Gobierno

El campo mexicano vive un momento crítico en sus relaciones con el Gobierno, marcando un alto en las tensiones que amenazaban con desbordarse durante las festividades navideñas. En la madrugada del 18 de diciembre de 2025, representantes de agricultores y transportistas lograron alcanzar un acuerdo con la administración de Claudia Sheinbaum para evitar nuevos bloqueos en las carreteras, que habían colapsado el tránsito en semanas anteriores.

El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, anunció que se establecieron compromisos para abordar uno de los problemas más apremiantes: los precios de las cosechas. La situación económica del sector agrícola había llevado a los productores a considerar nuevamente las protestas y los cierres de vías en un intento por captar la atención del Gobierno y obtener soluciones efectivas.

“Hay un compromiso”, afirmó Berdegué, aliviando las inquietudes respecto a posibles interrupciones en las carreteras durante las celebraciones. A pesar de esta noticia favorable, Rosa Icela, secretaria de Gobernación, se mostró cautelosa. Recalcó la importancia del diálogo y del cumplimiento de los acuerdos, subrayando que es la tercera vez que se firman pactos similares. Su mensaje buscaba evocar confianza, pero también reflejar desconfianza hacia la capacidad del Gobierno de cumplir con lo prometido.

Las discusiones también tendrán continuidad en mesas técnicas, donde se abordarán temas cruciales como las ayudas al sector y el funcionamiento de los programas existentes. Icela reconoció que aún hay mucho por hacer y destacó la necesidad de un ambiente sin bloqueos para facilitar el trabajo de los servidores públicos.

Las promesas de los funcionarios se apoyan en la premisa de garantizar la seguridad y la mejora de las condiciones para el campo. El subsecretario de Gobernación, César Yañez, resumió la situación indicando que se han desactivado las amenazas de bloqueos, un alivio para los que dependen del libre tránsito y la actividad comercial, especialmente en una época clave como la navidad.

Este nuevo capítulo en la relación entre el campo mexicano y el Gobierno se sitúa en un contexto de tensiones acumuladas desde finales de octubre, cuando los agricultores comenzaron a manifestarse por los bajos precios de sus productos y la inseguridad que afecta a sus comunidades. También se suma la polémica generada por la reciente Ley de Aguas, que modificó las concesiones de uso del agua, generando un gran descontento entre los productores.

La situación actual, que se desarrolló en vísperas de las festividades, pone de relieve la fragilidad del diálogo entre el campo y el Gobierno. La esperanza es que los acuerdos alcanzados sirvan para ofrecer un camino estable hacia una mejor cooperación, en un sector que es fundamental para la economía nacional. Mientras tanto, los agricultores permanecen atentos, con la mirada fija en el cumplimiento de las promesas, y el Gobierno enfrenta el reto de cumplir con las expectativas de un sector tan vital.

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