Alemania ha apagado sus últimas centrales nucleares mientras enfrenta una crisis energética y climática por la guerra en Ucrania. La decisión ha sido impulsada por un fuerte impulso hacia fuentes de energía renovable y la eliminación gradual de la energía nuclear en el país. El cierre de las centrales nucleares ha generado preocupación sobre la capacidad de Alemania para mantener su suministro de energía y ha llevado a un aumento en los precios de la electricidad.
El cierre de las centrales nucleares forma parte de la transición energética de Alemania hacia fuentes renovables, que ha sido una de las políticas clave del país en los últimos años. Se espera que la eliminación de la energía nuclear reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y ayude a combatir el cambio climático. Sin embargo, muchos expertos han expresado preocupación por la capacidad de Alemania para satisfacer su demanda de energía sin la energía nuclear.
El cierre de las centrales nucleares ha coincidido con una crisis energética en Alemania, ya que el país ha experimentado un aumento en los precios de la electricidad y una escasez de suministros. Las preocupaciones sobre la seguridad del suministro de energía han llevado al gobierno a buscar medidas para aumentar la capacidad de generación de energía, incluida la importación de energía de otros países.
El cierre de las tres últimas centrales no tendrá un gran impacto para el sistema, señala Georg Zachmann, experto en energía del centro de estudios Bruegel en Berlín, que recuerda que la decisión era “esencialmente irreversible desde el verano del año pasado”. Pero abandonar la energía nuclear “no facilita ni la reducción de emisiones ni la seguridad del abastecimiento”, reconoce: “Que este cierre definitivo coincida con la mayor crisis energética de Europa es mala suerte. La falta de gas barato obliga a Alemania a acelerar masivamente su transición, a un coste altísimo”.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial.