La situación actual de la Bundeswehr, el ejército alemán, refleja un desafío crítico en la capacidad de reclutamiento, intensificado por la guerra de agresión rusa y el creciente desasosiego en torno al papel de Estados Unidos en la OTAN. Según Nico Lange, experto en seguridad que trabajó hasta 2022 en el Ministerio de Defensa, es una “ilusión” pensar que el problema de la falta de efectivos puede ser resuelto únicamente con voluntarios. La propuesta del ministro de Defensa, Boris Pistorius, de implementar un servicio militar voluntario ha suscitado dudas y críticas, principalmente por la falta de acuerdo entre su partido, el SPD, y la Unión.
La estrategia propuesta es clara: en caso de no registrar suficientes voluntarios o de enfrentar una urgencia en la política de defensa, se podría reactivar el servicio militar obligatorio. Sin embargo, Lange argumenta que esta posibilidad se encuentra en el borrador simplemente porque el propio Pistorius no confía en su legislatura. Adicionalmente, su partido podría oponerse a la reintroducción del servicio obligatorio.
Desde perspectivas políticas, la Unión exige metas claras y cuantificables respecto al reclutamiento, subrayando que es crucial expandir la Bundeswehr de manera rápida y eficiente. Friedrich Merz, canciller y figura representativa de la Unión, ha expresado escepticismo sobre si un ejército basado únicamente en voluntarios podría satisfacer las necesidades actuales.
Las ambiciones son elevadas: para 2035 se busca aumentar el número de soldados activos a 260,000, además de contar con 200,000 reservistas. Actualmente, la Bundeswehr solo dispone de aproximadamente 182,000 efectivos y 100,000 reservistas. A partir de ahora, todos los jóvenes, tanto hombres como mujeres, deberán completar un cuestionario para determinar su aptitud, con el objetivo de incrementar la atracción hacia el servicio militar mediante incentivos económicos y diversos beneficios.
Sin embargo, tras la suspensión del servicio militar obligatorio en 2011, la Bundeswehr ha visto una drástica reducción en su capacidad de formación, limitando a 20,000 la cantidad de efectivos que pueden ser capacitados anualmente. La creación de nueva infraestructura es igualmente apremiante, ya que se planean 270 nuevos cuarteles para 2027, con la meta adicional de albergar hasta 40,000 soldados para 2031.
El gobierno alemán ha destinado una considerable inversión de más de 86,000 millones de euros para este año, en un esfuerzo por fortalecer la Bundeswehr, incluidas medidas que el Bundestag ya ha eximido de frenos presupuestarios debido a la creciente amenaza externa.
Sin embargo, el tiempo es un factor crucial. La falta de consenso en torno a la implementación del nuevo servicio militar ha llevado a retrasos, con una primera lectura del proyecto legislativo en el Bundestag que, inicialmente programada para esta semana, ha sido pospuesta. Ante la incertidumbre sobre si el servicio será efectivamente voluntario o se reactivará la obligación, muchos jóvenes alemanes se encuentran en una encrucijada, esperando claridad en un futuro que se vislumbra complejo y lleno de desafíos.
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