El debate sobre la salud pública en México ha cobrado un nuevo impulso en los últimos días, a raíz de la propuesta de modificación a la Ley General de Salud presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum. Esta iniciativa ha suscitado una fuerte reacción de varios sectores políticos, en especial del diputado Éctor Jaime Ramírez Barba, quien ha calificado el proyecto como una amenaza directa a la salud de los mexicanos.
Ramírez Barba, integrante del Partido Acción Nacional (PAN) y secretario en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, argumenta que la reforma podría llevar al desmantelamiento del Fondo de Salud, un recurso clave para la atención de enfermedades críticas como el cáncer y el VIH. Este fondo, vital para garantizar tratamientos de especialidad, se vería gravemente afectado, al ser despojado de su capacidad para asegurar una atención adecuada en situaciones de gastos catastróficos.
Según el diputado, la propuesta incluye la eliminación de la obligación de destinar un mínimo del 8% de los recursos del Fondo a la atención de enfermedades de alto costo, lo que podría comprometer gravemente los tratamientos de pacientes en estado crítico. La centralización del manejo de estos recursos plantea la posibilidad de que se desvíen hacia “gastos corrientes”, reduciendo aún más los fondos disponibles para tratamientos indispensables.
El legislador ha señalado también una preocupación mayor: el hecho de que, bajo el nuevo marco legal, se anule la garantía de que los recursos acumulados en el fondo sigan destinados a la atención de enfermedades que generan gastos catastróficos. Esto, en su opinión, abre la puerta a la opacidad en la gestión de fondos y a un posible desabasto de medicamentos, ya que la reforma fortalece la centralización de las adquisiciones en la Secretaría de Salud y BIRMEX, un modelo que, según Ramírez Barba, ha demostrado no ser efectivo.
Un dato preocupante que el diputado ha expuesto es la drástica disminución de recursos en el Fondo; de contar en 2018 con 93,000 millones de pesos, hoy apenas quedan 32,000 millones. Esta reducción, afirma, se da en un contexto de mala gestión que podría llevar a la desaparición del fondo, similar a lo sucedido con otros fideicomisos en el país.
Adicionalmente, Ramírez Barba resalta una deuda de 14,000 millones de pesos que el gobierno mantiene con el sector farmacéutico, un factor que afecta significativamente a la industria al ahogar financieramente a las empresas, en lugar de promover su desarrollo.
Para contrarrestar esta situación y asegurar la continuidad de la atención a los pacientes, el diputado anunció que su bancada propondrá que el Fondo de Salud se mantenga intacto y que se destine una parte de la recaudación del IEPS a este fondo, garantizando así la viabilidad de tratamientos para enfermedades graves. Asimismo, instó a realizar un Parlamento Abierto para discutir a fondo esta reforma, buscando un consenso que priorice la salud de los mexicanos.
La discusión sobre la salud pública y la gestión de los recursos destinados a ella se torna cada vez más urgente en el país. La forma en que se aborden estos temas no solo influye en la eficacia del sistema de salud, sino que también impacta la calidad de vida de millones de ciudadanos. Así, la vigilancia y el debate continuo sobre estas reformas son.
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