El panorama económico global está experimentando un cambio notable en la forma en que las empresas y países invierten y compiten. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas, el año pasado se produjo un desplazamiento significativo: la inversión en activos físicos, como maquinarias y edificios, ha quedado eclipsada por el crecimiento en la adquisición de artículos intangibles, incluido el software, los datos y la Inteligencia Artificial.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) subraya que esta tendencia marca un “cambio fundamental” en el modelo de crecimiento y competitividad de las economías. En 2024, la inversión en activos respaldados por propiedad intelectual creció a un ritmo tres veces más acelerado que la de objetos físicos, una situación influenciada por las altas tasas de interés y una recuperación económica moderada.
Este incremento en la inversión intangible alcanzó aproximadamente 7.6 billones de dólares, comparado con los 7.4 billones del año anterior, lo que representa un crecimiento real de alrededor del 3%. Daren Tang, director de la OMPI, destaca que, a pesar de la disminución en el gasto en fábricas y equipos durante períodos inciertos, las empresas están reforzando sus esfuerzos hacia activos intangibles, un movimiento que tiene implicaciones profundas para los responsables de políticas en todo el mundo.
Las naciones que logren comprender y fomentar esta inversión en intangibles estarán mejor posicionadas para crecer y prosperar en una economía cada vez más marcada por la innovación tecnológica, digital y cultural. En este contexto, Estados Unidos se destaca por ser el líder absoluto en la adquisición de activos intangibles, invirtiendo casi el doble respecto a sus más cercanos competidores: Francia, Alemania, Japón y el Reino Unido.
Además, Suecia se mantiene como la economía con la mayor intensidad en activos intangibles, donde estas inversiones representan un impresionante 16% de su Producto Interno Bruto (PIB). La situación de Estados Unidos, Francia y Finlandia es igualmente notable, ya que cada uno de estos países destina el 15% de su PIB a este tipo de inversiones. Curiosamente, la India, con una intensidad de inversión cercana al 10%, se posiciona por delante de varias economías de la Unión Europea y Japón.
Es evidente que la evolución hacia una economía basada más en la intangibilidad abre nuevos horizontes y presenta retos y oportunidades para los países de todo el mundo. En este contexto, el enfoque en la innovación y la evolución de las inversiones se traduce en un nuevo paradigma económico.
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