El nuevo técnico de la selección brasileña, Carlo Ancelotti, inició su andadura como entrenador del combinado nacional con un primer entrenamiento este lunes en São Paulo. Con vistas a su esperado debut el próximo jueves frente a Ecuador en las eliminatorias para el Mundial de 2026, Ancelotti ha comenzado a crear una conexión con sus jugadores, entre los que se destacan Casemiro y Richarlison, recuperados tras un tiempo fuera del equipo.
Vestido de manera deportiva y acompañado de su preparador de porteros, Cláudio Taffarel, el exentrenador del Real Madrid lideró su primera sesión en el centro de entrenamiento del Corinthians, recibiendo a la mayoría de los 25 convocados. Durante los primeros quince minutos, abiertos a la prensa, se vio a Ancelotti interactuando con sus jugadores, lo que generó un ambiente de expectación.
Para Ancelotti, la adaptabilidad a la cultura brasileña parece haber comenzado desde su llegada, a pesar de que una fuente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) reveló que quedó sorprendido por la presencia constante de los medios de comunicación en sus primeros instantes como técnico. Sin embargo, el italiano mostró disposición para aceptar esta dinámica, permitiendo la captura de imágenes en su debut frente a las cámaras.
Antes de dirigirse al campo, Ancelotti se reunió con el equipo en el hotel de concentración, donde ofreció su primera charla. Solo tres de los convocados, Marquinhos, Beraldo y Carlos Augusto, faltaron al entrenamiento debido a su reciente participación en la final de la Liga de Campeones de Europa.
Desde su nombramiento, la CBF ha proyectado grandes expectativas sobre Ancelotti, quien ha sido presentado con todo el apoyo que conlleva ser el seleccionador de una potencia futbolística como Brasil. Las metas son claras: garantizar la clasificación para el Mundial de 2026 y llevar al equipo a conseguir su hexacampeonato, en un contexto donde Brasil, actualmente en la cuarta posición de las eliminatorias, se encuentra a diez puntos de distancia de Argentina, que ya tiene su lugar asegurado para la cita mundialista.
De cara a la competencia, las primeras seis selecciones se clasificarán directamente, mientras que el séptimo puesto, en manos de Venezuela, disputará una repesca. La llegada de Ancelotti, en un periodo marcado por desafíos, resuena con la esperanza de mejorar la posición de Brasil en el ámbito futbolístico global. La atención mediática también se ha centrado en su vida fuera del campo, con actividades turísticas como su visita al icónico Cristo Redentor, lo que añade un matiz extra a su figura en este nuevo capítulo de su carrera.
La afición brasileña espera con interés lo que trae consigo el nuevo estratega, mientras se prepara para los desafíos que conlleva el camino hacia el Mundial de 2026.
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