El panorama político en México se intensifica a medida que Andy López Beltrán, secretario de Organización de Morena, busca recuperar la centralidad en un momento crucial para la imagen del partido. Tras un verano marcado por controversias, incluidos sus viajes a Tokio y una carta posterior que amplificó el escándalo de los gastos excesivos del oficialismo, López Beltrán apuesta por remodelar su estrategia.
Desde la semana pasada, ha entablado conversaciones discretas con varios gobernadores y alcaldes para expresar su agradecimiento por el apoyo que recibieron durante la crisis mediática en torno a sus vacaciones. Sin embargo, las llamadas no solo se centran en la gratitud, sino que también revelan tensiones internas en la estructura de poder del partido, ya que Andy acusó a Luisa María Alcalde de ser la fuente de la filtración sobre su viaje, generando especulaciones sobre la competitividad interna en Morena.
Paradójicamente, la temática de las afiliaciones en el partido ha comenzado a surgir en sus diálogos, dado el inminente escrutinio por parte del INE sobre los procesos de adhesión. Aunque López Beltrán confía en que las afiliaciones que realizó directamente no enfrentarán problemas, transfiere la responsabilidad al diputado Alejandro Peña, a quien sucedió en el cargo.
En el marco de esta actividad, el foco principal de Andy es restablecer la comunicación con sus aliados y planificar eventos públicos que refuercen la unión y el compromiso del movimiento. Sin embargo, se enfrenta a un dilema crítico: muchos de sus interlocutores son reticentes a participar en fotos y actos públicos, ya que existe temor a que se desate un nuevo escándalo relacionado con las gestiones empresariales de López Beltrán.
A esto se suma la incertidumbre sobre la influencia de Estados Unidos en los acontecimientos. Rumores sobre investigaciones, testigos protegidos y posibles represalias han contribuido a un clima de inquietud entre los gobernadores y alcaldes cercanos a Andy, quienes temen que su vínculo con él los convierta en blanco de acciones desde el norte.
Para contrarrestar estas preocupaciones, López Beltrán visualiza la reaparición de su padre a finales de año, coincidiendo con la presentación de un nuevo libro que podría servir como una plataforma para una gira nacional en los 32 estados. Esta estrategia sería clave no solo para consolidar su figura, sino también para rehabilitar la imagen del partido en un período de desafíos.
Con tensiones internas, incertidumbres externas y una búsqueda por restablecer la confianza, el futuro de la política en México sigue en juego, y las decisiones que se tomen en este contexto serán determinantes para los próximos meses.
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