La historia de Anna Göldi y la brujería en Europa: Un eco del pasado
El 13 de junio de 1782, la plaza principal de Glaris, Suiza, fue testigo de un acontecimiento trágico: una mujer llamada Anna Göldi fue ejecutada en público bajo acusaciones de envenenar a la hija de sus empleadores y de mantener un pacto con el diablo. A pesar de ser un acto legalizado en un periodo que propugnaba las luces del racionalismo, la condena y ejecución de Göldi provocaron una ola de indignación en toda Europa, al ser consideradas una reminiscencia de la barbarie judicial medianamente erradicada.
El caso de Göldi es emblemático de la persistencia de la superstición incluso en tiempos de ilustración. Las creencias en la brujería y el pacto con el demonio siguieron arraigadas en la sociedad europea, a pesar de los avances del pensamiento racional y científico. La acusación contra esta sirvienta se enmarca en un contexto de grandes cazas de brujas, que devastaron gran parte del continente desde el siglo XV hasta la mitad del XVIII.
Durante la Edad moderna, tanto los poderes civiles como los eclesiásticos comenzaron a reinterpretar la brujería no como un vestigio del paganismo, sino como un atentado contra el orden cristiano. Documentos como la bula papal Summis desiderantes affectibus (1484) del Papa Inocencio VIII y el famoso manual de inquisición Malleus Maleficarum (1486) fueron fundamentales en esta transformación, presentando la brujería como un crimen grave contra la divinidad. La mayoría de las víctimas de estas campañas anti-hechiceras eran mujeres, representando entre el 60 y 80% del total, muchas veces ancianas, viudas o curanderas, albergando conocimientos populares que suscitaban sospechas en la sociedad.
Entre 1560 y 1650, los juicios por brujería alcanzaron su apogeo, con estimaciones que indican que se llevaron a cabo 100,000 juicios a nivel europeo, de los cuales alrededor de 50,000 resultaron en ejecuciones. En medio de esta vorágine de persecuciones, el Sacro Imperio Romano Germánico fue el epicentro, con más de 22,000 mujeres condenadas al fuego. En contraposición, países como Francia, Italia y España adoptaron una postura moderada. La Inquisición española, por ejemplo, abordó estos fenómenos con escepticismo, interpretando muchos de los sucesos extraordinarios como supersticiones en lugar de pactos diabólicos.
En un giro dramático, la historia de Anna Göldi se desarrolla en este contexto de transición. En 1782, como sirvienta del médico protestante Johann Jakob Tschudi, Göldi se vio atrapada en una red de acusaciones infundadas. La enfermedad de la hija del médico desató una ola de histeria, culpándola de un envenenamiento mágico a través de agujas en la comida. El proceso judicial al que fue sometida fue irregular y desprovisto de transparencia, llevando a una condena que muchos contemporáneos consideraron como un asesinato judicial encubierto.
Aunque Anna Göldi es recordada como la “última bruja” ejecutada en Europa, su situación debe matizarse. Existen casos posteriores que, aunque también asociados a creencias en la magia, no se enmarcan estrictamente dentro del contexto inquisitorial, siendo su ejecución un suceso legal en un contexto relacionado con tales acusaciones.
A lo largo de los años, el personaje de Göldi ha sido resignificado dentro del discurso feminista, donde se ha comenzado a celebrar a las brujas como símbolos de resistencia y rebeldía ante un orden patriarcal. Su legado continúa siendo relevante en las luchas contemporáneas contra la violencia de género y la marginación, recordándonos la brutalidad de un sistema que durante siglos utilizó la brujería como herramienta de control social.
La historia de Anna Göldi destaca cómo las creencias en la brujería no solo fueron un fenómeno judicial, sino también un mecanismo de control que subordinó y castigó a las mujeres vulnerables. Su caso invita a la reflexión sobre la memoria histórica y su uso como herramienta crítica en la lucha contra la violencia institucionalizada. La información presentada corresponde a la fecha de publicación original: 25 de julio de 2025.
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